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sábado, 6 de agosto de 2011

* “EL TRASPATIO”, UN ENCUENTRO CADA JUEVES

Hace algún tiempito mi compañera del alma, Lydia Díaz creó el Traspatio, con la sana intención de dotar a su blog de etnografía y folclore de voz, el programa de Radio “El Traspatio”. El objetivo era, poder contar con más lujo de detalle, lo escrito durante la semana y conversar animadamente con participación y complicidad de cuantos quisieran contactar en riguroso directo. El proyecto inicial me pareció interesante y a ello me dediqué de lleno.

Me atraía poderosamente la atención el nombre elegido: “El Traspatio”. Me pareció título acertado. En el Traspatio se encierra misterio, secreto, ocultismo y hasta cierta intriga… El traspatio es una parte de la casa antigua vetada a los ajenos a la familia… Sus propietarios, lo usaban como despojo de la casa para entongar sillas, muebles, cocinillas, piletas que en algún otro momento podían tener uso… El traspatio también era espacio ideal para tener algún animal doméstico, perro, cabra, gallinas, palomas y pichones… otro de los usos frecuentes era el de tendedero. Liñas de banda a banda, cargaditas de ropas que el sol se encargaba de secar… allí se colgaban, también las prendas íntimas, que debían estar ocultas a ojos extraños…

Dándole mayor amplitud al vocablo “Traspatio”, podría decir que todos tenemos nuestro traspatio particular, nuestra cara oculta que nos gustaría enterrar para siempre o, por lo menos, que pasara inadvertido para cuantos nos rodea. En este “traspatio”, lamentamos situaciones poniéndole el “burka” para que nadie se acerque o conozca ni nuestra realidad, ni nuestras miserias…

El traspatio de Lydia Díaz, me refiero al programa que cada jueves emite Radio Faro del Noroeste, ha servido en su andadura para conocernos un poco mejor, a nosotros mismos… para difundir nuestras señas de identidad, nuestras costumbres y tradiciones, nuestro folclore y personajes. También para denunciar verdades como puños y poner el acento de las críticas en la vocal adecuada… No hay más pretensiones que nuestra vocación de servicio…

Por eso me alegro que poco a poco el Traspatio haya calado hondo… que cada vez sea más numerosa la audiencia y que el Traspatio sea el vehículo, mejor el trampolín para que emigrantes o entusiastas nos sintonicen desde países como Venezuela, Islandia, Tailandia, Perú, Argentina y otros lugares del mundo… También, desde distintos puntos de la geografía peninsular se nos pidan datos, contactos, nos hablen, en tiempos de globalización, de lo que nos importa: la defensa y divulgación de las cosas de la tierra.

Y, estoy muy orgulloso de que Lydia Díaz, en vísperas de las fiestas de Las Marías, solicitara mi ayuda para este proyecto que, conociéndola, será mucho más amplio.

El tiempo, tiene la palabra…

ALFREDO AYALA OJEDA

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