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domingo, 7 de mayo de 2017
* NOCHE DE TAIFAS
La
noche del sábado 29 de abril vi, el programa de la Televisión
Canaria, Noche de Taifas, que se desarrolló en la Aldea de San
Nicolás, --tierra de grandes músicos e intelectuales, Ventura
Araujo, Antonio Sosa, que fueron directores de la banda, Juan Sosa
hermano mayor de Antonio, licenciado en Filosofía y Letras, profesor
de una enorme prosapia, director que fue durante algunos años del
Colegio Santa María de Guía, buenos amigos como Manolo y Héctor
Suarez Ruiz, Vicente Navarro y otros más--, un evento que no me
llama la atención, y que no suelo ver dada su poca calidad musical y
folclórica. No obstante al enterarme que intervenía el grupo los
Sancochos, sabiamente dirigido por José Sánchez Bolaños, decidí
ver el programa solo por oír a este grupo de La Isleta, que dada su
forma magistral de tocar siempre me ha encantado, y por considerar
también, que su director es un excelente folclorista, investigador y
ejecutor de nuestra música popular en su más pura esencia, que
nunca --nos ha dado gato por liebre--, como se dice vulgarmente, en
todo lo relacionado con nuestro más importante acervo cultural, la
música canaria.
Con
este eximio líder del citado grupo he intentado contactar, en más
de una ocasión sin haberlo conseguido. Tengo en mi poder la
partitura de un Pasodoble Folias, compuesto en el año 1940 de la
pasada centuria, por un insigne músico y profesor, Nicolás
Hernández Cruz, ejerciendo como maestro en Guía, por si le interesa
añadirla a su buen repertorio.
Creo
recordar que la única vez que el mismo se interpretó, fue en el año
1943, en un concurso de Rondallas celebrado en el Teatro Cine
Hesperides de nuestro pueblo, promocionado por el equipo de futbol,
Unión Tirma y patrocinado por el ayuntamiento guíense cuyo alcalde
era, Odón Máximo Guerra.
El
conjunto musical que lo interpretó, fue el conocido como Tamadaba,
fundado por Juan Dávila González, --mi padre--, que tenía su sede
provisional en la Atalaya, y que resultó ganador del citado
certamen. Intervinieron además, la Princesa Guayarmina, en horas
bajas y faltos de ensayos como decía la crónica* de la Provincia y
los Guanches fundada por los hijos de Antoñito Moreno, conocido por
el “Sacristán”, abuelo y bisabuelo respectivamente de mis buenos
amigos, Pepe el rubio, Manolo Moreno Miranda, fallecido recientemente
y de Alejandro Moreno Marrero, insigne músico y compositor.
Anoche
este programa de la Televisión Canaria, que adolece de la enjundia
necesaria para hacernos olvidar la –Bodega de Julián--, y otros de
estas características --entre ellos Tenderete que se sigue llevando
a cabo aunque adolece de la brillantez que siempre tuvo--, que
presentaba Julio Fajardo, excelente folclorista, ex miembro de los
Sabandeños, producido y dirigido por Alfredo Ayala, todo un experto
en estos menesteres.
Tengo
que resaltar que me agrado en parte, gracias al buen hacer dé los
Sancochos, que interpretaron, entre otras obras, unas dubitables,
--Folias antiguas de Gáldar--.
Recuerdo
que allá por los años cincuenta del pasado siglo, el osado e
“ínclito” director de la AF. Princesa Guayarmina de Guía,
Sebastián Godoy Bolaños, conocido por Chanito el Practicante,
repetía insistentemente cuando actuaba con su Rondalla en cualquier
evento, anunciando que su grupo iba a interpretar folias antiguas y
folias modernas.
Estas
absurdas e irreales manifestaciones generó un cierto “cisma”
entre los grandes folcloristas de la isla, miembros de excelentes
agrupaciones, como La Porteña (conocido por Antonio el de la
Porteña), La Siciliana (Maestro Román), Roque Nublo, Guanarteme
(Juan Domínguez), Real Club Victoria (Nicolás Santana), de Las
Palmas, la Tirma Guiense de Guía (los primos Juan y Alberto
Dávila), se reunieron para debatir tan esperpéntico “entuerto”,
en torno a una mesa con los periodistas de Radio Atlántico, José
María Verdú y un tal Villavicencio, creo recordar que a este
conclave asistió también algún miembro de la prensa escrita de
aquella época, el que no asistió fue el director de la Princesa
Guayarmina, de Guía autor material de tal magnicidio musical.
En
esta reunión se determinó que las denominaciones utilizadas --por
una serie de personas--, relacionadas con las folias eran totalmente
inadecuadas, y que atentaba además contra él verdadero valor que
tenía la pieza, especialmente en lo relacionado con sus orígenes
ancestrales, y atentando contra su hermosa melodía.
Siempre
se comentó que las folias en su contexto musical, expresaba la
elocuencia de una obra llena de hermosos matices, y sus
representaciones tenían connotaciones de carácter palaciego, dada
su grandiosidad instrumental. La misma competía con otras del mismo
signo, en los bailes que se celebran en la corte, donde asistían los
reyes y la nobleza en general, cómo eran, el rigodón, las mazurcas
y los inigualables valses vieneses de la saga de los Straus.
Estos
insignes folcloristas reunidos se atrevieron augurar que con el paso
del tiempo, esta pieza sería sometida a una serie de cambios y
combinaciones musicales, ya que de la misma se harían variaciones,
“no melódicas”, sino en forma de fantasías, que acrecentarían
su valor musical, y no cabe duda que así ha sido, lo que no quiere
decir que unas sean antiguas y otras modernas, y mucho menos
“--antiguas de Gáldar--”, sino folías y nada más.
Recordar
que aquellos excelentes grupos folclóricos tinerfeños de la época
como el Orfeón la Paz, la Real Hesperides de La Laguna, la Masa
Coral y otros de menor enjundia, jamás aceptaron la existencia de
dos tipos de folias, y si las fantasías con aires de folias, e
incluso en los Cantos Canarios, de Teobaldo Power y Bernardino Valle
Ghiniestra, en su desarrollo hacen una demostración de los
preciosistas aires, que identifican a las folias. Incluso el maestro
Valle, aragonés de nacimiento (1849-1928), hace alusión, a las
folias del porvenir, además de un hermoso y sentimental arrorró y
otros cantos de cuna.
Para
terminar este trabajo, solo me queda felicitar efusivamente al
director de los Sancochos, José Sánchez Bolaños, y a sus
componentes, y animarles que sigan esa ruta musical y folclórica que
se han marcado, que indudablemente los hará alcanzar cotas bastantes
más altas, que redundara en beneficio y conocimiento de nuestra
música y folclore, tan distinguido y reverenciado en el mundo
entero.
(*).-
La crónica que cito la realizó un enviado especial de la Provincia
a Guía y está fechada el 17 de julio de 1943.-
Juan
Dávila-García.-
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