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jueves, 29 de junio de 2017

* UN REPASO POR NUESTRAS ROMERÍAS

Durante todo el año, en distintos rincones de las islas, los bailes de magos, las taifas, los encuentros de solistas y las romerías, son el pan nuestro de cada día cuando en el calendario aparecen algunas fiestas señaladas. Sin embargo, algunos de cuantos participan desconocen que es una romería... Acuden a ella con el ánimo de curiosear o de jincarse unos lingotazos hasta salir campaniando,  y más a gusto que un arbusto... Muchos, ni tienen interés en conocerla para poder disfrutarlas, ni tampoco darles el justo valor... Sin embargo, las romerías tienen poder de convocatoria y son actos festivos de amplio carácter popular.

"La Romería", se define como viaje o camino que se realizaba antiguamente a un santuario por devoción o pago de promesa contraída a voluntad propia o heredada. "Romería", simplemente, era "ir a Roma". La palabra "Romería" viene de romero, nombre con el que se conocían a los peregrinos que se dirigían a Roma... Las romerías, se remontan a la más lejana antigüedad y en el tercer siglo de nuestra era, los cristianos participaban en romerías para realizar visitas a los sepulcros de los mártires o en peregrinación al lugar donde se encontraba el tabernáculo (en hebreo morada o residencia). Por tanto, el tabernáculo es lugar de encuentro de Dios a donde acudía el pueblo, en romería con carros engalanados, carrozas a caballo, a pie, para adorarlo...

Pero en cada lugar las connotaciones de la palabra romería tiene marcadas diferencias... Para hablar sólo de Canarias debemos tener claro que el isleño acude al santuario del Santo Patrón o Virgen, generalmente por devoción o por diversión. Las "Romerías", son en nuestras islas un fenómeno multitudinario, que finalizan en fiesta... Otro de los aspectos diferenciadores lo caracteriza la promesa...

Yo recuerdo en la isla de La Gomera, a la amiga Conchita (medalla de Oro de Canarias) y excelente cocinera que, en una de las bajadas de la Virgen de Guadalupe, acompañada de la música tradicional, Chácaras y tambores,   danzaba en una interminable fila de bailarines acompañando a la Virgen... En uno de los descansos, le pregunté el motivo de su danza. 
-"Yo danzo en pago de una vieja promesa que realizaron en su día mis padres y mientras tenga fuerzas y el cuerpo aguante, aquí estaré cumpliendo con lo prometido."

En las islas, repito, todo es igual y todo es distinto. Las romerías son fiestas tradicionales de variado contenido popular que, en la víspera de la festividad del municipio una amplia participación de romeros y romeras que, ataviados con vestimenta tradicional, acompañan a numerosas carretas cargadas con los productos de la tierra para ofrecérselas al Santo patrón o Virgen que, al término todos esos productos tienen el destino de paliar distintas necesidades de centros y familias...

La más antigua de las romerías se celebra en honor a la Virgen del Socorro, en el municipio de Güimar, en la vecina isla de Tenerife que se remonta a más de un siglo de antigüedad. La romería de la Virgen del Socorro, declarada de Interés Turístico Regional, está considerada como la más antigua de todo el Archipiélago. El recorrido se desarrolla a través de las antiguas vías de transhumancia aborigen, bordeando el norte del malpaís hasta llegar a la playa de Chimisay, donde según cuenta la tradición la Virgen de Candelaria se le apareció a los guanches...

Distinta, participativa, es la romería regional de San Benito, en la Laguna, isla de Tenerife. Esta romería es la más representiva de las islas, en la que participan grupos y carretas venidos desde todos los rincones de las islas. Es la única romería que ostenta el título de Regional... Esta romería se remonta al año 1.948...

Después, por antigüedad, la Romería del Pino, idealizada por el padre de la canción canaria Néstor Álamo, que fue creada allá por los años cincuenta del pasado siglo. También en la isla de Gran Canaria goza de gran prestigio la romería de Santiago, que en este mes está en plena ebullición, la romería de San Isidro, también en este mismo municipio de Gáldar; en Agaete, la romería en honor a la Virgen de las Nieves, con su acto más multitudinario de "La Rama" y la romería votiva de las Marías que acaba de celebrar hace un lustro su bicentenario. Esta romería está cimentada en el pago de una promesa cuando el cigarrón berberisco azoló los municipios de Guía, Gáldar y Moya, así pasando por la romería en honor a la Virgen de la Candelaria en la Villa de Ingenio, en el sur de Gran Canaria y la de San Antonio en Mogán...
Otras están amparadas bajo el genérico de Bajadas, como la de la isla herreña en honor a la Virgen de los Reyes, que se celebra cada cuatro años; en la isla de La Gomera, en honor a la Virgen de Guadalupe, también cada cuatro años en el primer lunes de octubre o la Virgen de las Nieves en la isla de La Palma cada cinco años...


Pero hay otras muchas fiestas y romerías como la que se celebra en honor de la Virgen de los Volcanes o Virgen de los Dolores en Lanzarote o en Fuerteventura la romería o peregrinación hasta el municipio de Pájara para festejar en una pequeña ermita a la Virgen de la Peña... Una pequeña imagen de alabastro a la que según cuenta la leyenda, una mora, en un momento de cólera, arrojó al suelo, cercenando la cabeza del niño, que lleva en sus brazos...

Las fiestas, como se sabe en Canarias son muchas. Conservar y defender su pureza es cosa de todos...

ALFREDO AYALA OJEDA

martes, 6 de junio de 2017

* LAS OLVIDADAS PLAYAS DE SAN FELIPE

San Felipe es un barrio costero del municipio de Guía de Gran Canaria, ubicado entre el barranco de Moya, y las cárcavas que forman el Risco del Marmol y la profunda depresión del barranco de Silva.
Abajo en el seno de estos abruptos riscales se encuentra la playa del “Teso”, que adentrándose en la plataforma continental, forma un medio arco, donde yace un trozo de costa recubierta de una arena dorada y fina, formando un ensenada donde el mar se mece tranquilo, tanto en la bajamar como en la pleamar, allí el baño se convierte en un puro placer, ya que no existen peligros de arrastre producidos por las corrientes marinas. Esta playa la visitábamos el que suscribe y sus amigos de Guía con relativa frecuencia durante el verano, hace más de sesenta años, e incluso celebrábamos partidos de fútbol con los jóvenes del barrio.
Su situación a sotavento azocada a los vientos cambiantes, mantiene la mar siempre tranquila, llana y sin oleaje. Está separada de otra bastante más larga, conocida por la playa de San Felipe --por una roca cuadrangular que en la cara occidental introducida totalmente en el mar, tiene una enorme y profunda cueva, que se puede apreciar perfectamente durante la bajamar. La entrada a esta oquedad, de agua durante la pleamar, hace que en cosa de segundos, un fenómeno de presión de abajo arriba, propiciado por la estrechez del tubo volcánico, “expulse,” el líquido elemento entrado, con una fuerza inexplicable y un ruidoso “bufido”, de ahí seguramente el nombre con que con el que fue bautizado “el bufadero”--.
La costa guiense carece de playas, en el estricto sentido de la palabra, pero tiene unas zonas aptas para el baño, donde se han construido piscinas naturales que le dan a esa zona un cierto empaque, por ejemplo las existentes en Roque Prieto, donde los habitantes de Guía celebran desde algunos años “parte” de la festividad de San Roque.
Recuerdo que muchas familias de nuestro pueblo solían veranear en San Felipe, unas disponían de casas propias y otras las alquilaban, entre estas destacaban, Afonso Pérez, García Mateos, Saavedra Díaz, Jiménez García, los Duarte de Las Palmas, y otras más, que utilizaban en su baño diario tranquilo y placentero la playa del Teso. Un inglés, míster Thomas que trabajaba en la empresa de Leacock, con su familia acompañada, por Otilia Castellano, se dejaban ver por este lugar coronado por el acantalido del Marmol, con relativa frecuencia, me comento una vez, que la playa era muy buena y tranquila.
La tranquilidad que allí reinaba era de agradecer, no se oían ruidos molestos, ni aglomeraciones algo que la gente que buscaba paz y relax allí la encontraba, muchos de los asistentes, después de darse un baño, se relejaba aún más leyendo un buen libro, en la parte sombreada existente al final de la playa.
En la actualidad, desde la desviación de la carretera que conduce a Las Palmas, para adentrarse en la que se dirige a San Felipe, encontramos bares y restaurantes que posee, una gastronomía rica, en platos típicos de nuestra tierra, sancocho, caldo pescado, ropa vieja, etcétera. El primero que nos encontramos es el Paso, que dispone de una piscina natural amplia, rodeada de hamacas y vestuarios.
Adentrándonos por la carretera en dirección a la iglesia y la plaza del barrio, en el margen derecho de la misma, se observan la existencia de una serie de locales de restauración muy bien equipados con unos menús excelentes, así como también algún que otro edificio de apartamentos.
Desconozco como se encuentra en la actualidad, tan estimado barrio, al cual accedíamos por el camino viejo, iniciando su descenso que arrancaba, entre la casa de Antonio Miranda y el S.11, en una zona llamada Llano Alegre.
Nos dirigíamos a la casa de la familia de, Federico Pérez, donde dejábamos “la intendencia”, consistente en un par de garrafas de vino abocado y bocadillos. La mujer de Bartolo el pastor de la finca, nos preparaba una mesa grande donde celebrábamos el almuerzo contando cada uno algo relacionado con su vida, o simplemente charlando.
El grupo los formábamos unos quince amigos todos de Guía. Mientras comíamos nos intercambiamos las “viandas”, algo que solíamos hacer sistemáticamente, dado el gran afecto que nos unía. Nuestro lema era “lo mío es tuyo y lo tuyo es mío”. Con la única excepción que guardaba relación con las féminas.
Comentar que siempre tuvimos esa forma de comportarnos en nuestra relación diaria, mientras estuvimos unidos, hasta que cada uno tomo su propio rumbo, unos por estudios y otros por trabajo, nos alejamos, de nuestro predio común y que siempre nos mantuvo unidos, nos despedíamos con saludos emocionados y tristes a la vez.
Éramos conscientes que durante las vacaciones nos volveríamos a encontrar, y que esa amistad que siempre nos había unido volvería a ser la misma, con más fuerza quizás, pero con el mismo cariño y la fidelidad de la siempre hicimos gala.
San Felipe en aquellos años era muy semejante a algunos pueblos costeros especialmente, de Almería, Málaga y Alicante, que disponían de un pequeño número de barcos de pesca que permanecían “al pairo”, pues no existían puntos de atraque, y cuatro casuchas donde habitaban los pescadores. En la actualidad estos pueblos convertidos en grandes ciudades, relucen imponentes por “mor” del turismo, Marbella, Estepona, Fuengirola, Adra, Benidorm, Villajoyosa, San Juan, etcétera, y en el caso de Algeciras, incluso con uno de los mejores puertos comerciales y pequeros de Europa.
Donde las innumerables edificaciones de, hoteles, apartamentos y bungalows, le dan una prestancia digna de admiración, que junto con sus playas son el reclamo principal, para la venida de turistas procedentes de los lugares más recónditos del orbe.
Lo que hoy se denomina como el “boom de la construcción y la especulación”, le dio vida a todos estos lugares citados, donde el dinero por una serie de circunstancias, enriqueció a unos y empobreció a otros. En estos lugares citados, la corrupción empezó a germinar especialmente en Marbella, y el dinero ilegal a circular como pago de una serie de favores y prebendas que se hacían un día sí y otro también, en prueba de agradecimiento por permisos urbanísticos ilegales en algunos casos de otros oscuros negocios.
Algunos pueblos de Canarias también hicieron su “agosto” y es digno verlos en la actualidad. No existían las autonomías, y los que hicieron esta constatada edificación y reconversión urbanística, fueron los empresarios y los terratenientes que existían en determinados lugares, donde intervenían también los Cabildos Insulares, el Estado y las entidades bancarias, otorgando y concediendo préstamos a bajo interés, aportando así su granito de arena a la esperada prosperidad, dándole la bienvenida a tan exuberante industria, hoy la más punteras de Canarias.
Pero estos casos orientados hacia una incierta y futura prosperidad, pendiente siempre de la anunciada venida del turismo y si realmente iba a ser la panacea, no se dio igual en todas las islas, y sus respectivos ayuntamientos, que se vieron desatendidos en sus demandas, posiblemente porque no pusieron el énfasis necesario, a la hora del reparto el pastel. Este indolente comportamiento, los privó de unos beneficios tangibles, que en la actualidad priman en muchos municipios de las islas totalmente reformados, ofreciendo al visitante, unas calles hermoseadas y limpias, así como una serie de monumentos, dignos de las ciudades más significadas del continente.
En este aspecto, Agüimes e Ingenio, son un ejemplo palpable de cuanto acabo de manifestar, las esculturas que poseen en sus calles, acreditan la grandeza de estos dos municipios, que en otros tiempos no ostentaban tanta exuberancia, en la actualidad disponen de dos playas, la del Burrero y la de Arinaga con un excelente puerto, cuyas hermosas edificaciones y sus ostentosas planimetrías, son dignas del mejor urbanista.
Hay que reconocer que la industria turística no ha beneficiado, al norte de la isla con la misma intensidad que al sur, por eso todos estos lugares pintorescos de antaño, siguen anclados en el tiempo, y si nadie lo remedia fenecerán igual. Entre estos lugares se encuentra San Felipe, con dos playas naturales que se podrían explotar, beneficiandose este pequeño núcleo poblacional guiénse, así como también al resto de la municipalidad. Los pecios pesqueros existentes en el norte, son muy apreciados por los pescadores de “caña”, dada la gran variedad de especies ictiológicas, que abundan especialmente, en Agaete, Sardina, Caleta Arriba, que tienen unas abundosas flotas pesqueras, dedicadas a faenar por toda la zona pelágica.

JUAN DÁVILA GARCÍA


viernes, 2 de junio de 2017

* LAS HUESERAS Y PEPE EL DE LIBRADA

Las “hueseras” es un instrumento que en la actualidad forma parte de las excelencias del folclore canario, junto a los denominados instrumentos de “percusión”, como son el pandero, el triángulo, las castañuelas, las resurgidas chácaras, el tambor, las lapas, las cortezas de las nueces, y hasta hace algunos años la “zambomba”.
Podemos hablar como idiófonos canarios raspando las hueseras, rasquetas o güiños de cañas (conocidos como instrumentos frotados). Se desconocen sus orígenes, hay quien dice que procede del áfrica negra o subsahariana, y que la misma se utiliza en fiestas y ritos que celebran los nativos de, Kenia, Congo, Cote de Ivoire, Liberia, Madagascar, Angola, Mozambique, que hoy se realizan con fines turísticos.
Con la inmigración de los canarios a los países latino americanos, la música y el folclore canario hizo mella en sus habitantes y se constituyó en aquellas tierras como algo propio, llegándose acoplar a nuestros aires más ancestrales instrumentos musicales tales como el cuatro, el laudín, nuestro paisano Braulio en su canción Venezuela cita; “hasta el timple se mezcló con el cuatro….”
También se crearon una serie de asociaciones –cada una con gente de propia de su región de origen--, que se denominaron “Quintas”, en las mismas se desarrollaba las festividades de su tierra ejecutando su folclore, y exponiendo su propia artesanía. Las más conocidas fueron la Gallega y la Canaria. Poseían excelentes grupos musicales, entre estos siempre destacó, la gran Orquesta de Pulso y Pulso y Púa de la Quinta Gallega dirigida por el eximio musicólogo, Amadeo Vides.
Hoy cualquier parranda o AF que se precie tienen estos dos instrumentos citados, especialmente el “cuatro”, por el contrario el “laudin” es bastante más utilizado en los grupos que se dedican a ejecutar puntos cubanos.
A mediados de los años cincuenta del pasado siglo, un grupo de amigos de Guía, creamos un grupo rítmico denominándolo Tirma, formábamos parte del mismo, José González Moreno conocido por Pepe el rubio, Juan Aguiar Moreno, Mariano Chirivella León, Francisco Vega Dávila y el que suscribe, e hicimos el siguiente experimento, --acoplar el contrabajo tradicional de tres cuerdas al grupo de bandurria y guitarras, ni que decir tiene que fue todo un éxito--, a partir de ahí el instrumento citado fue apareciendo en todas las parrandas, grupos y AF.
Hoy muchas agrupaciones tienen entre sus instrumentos, dos, que no encajan de ninguna forma en el desarrollo de nuestra música tradicional, como son el acordeón y violín, su “chillona” sonoridad altera la belleza instrumental y melódica que tanto distingue a nuestro folclore.
Pepe González, conocido por el de Librada, ha sido durante muchos años un huesero distinguido, formando parte de la AF Estrella y Guía. Siempre fue una excelente persona, honesto y honrado caballero. Desde que era muy joven trabajaba con los hermanos, Pedro y Tomás del Pino conocidos por los hijos de Erasmita, que tenían su casa en el inicio del camino de acceso a las Cuevas Fregenales y San Juan junto a la carretera vieja que va a Las Palmas.
Cuando mi padre enfermó de una distonia neurovegetativa, a principios de la década de los años cincuenta del pasado siglo, el insigne medico don Ramón Jiménez Domínguez, le indicó que no hiciera siesta sino que se dedicara a caminar unos kilómetros después de almorzar. Recuerdo que un día nos dirigíamos a la finca de Montemayor en el camino del Capellán, y al día siguiente a San Juan y al Gallego, allí siempre nos encontrábamos a Pepe y su hermano Ramón que tenía una zapatería al lado del bar de Juan el Chaparra. Muchas veces Pepe nos acompañaba hasta la zapatería que tenía Manuel el pipe, en la Montaña del Gallego.
Desde muy joven sintió inquietud por conocer la música y el folclore canario, lo oía hablar con mi padre de estos temas. Una de las primeras veces que vi actuar a la Estrella y Guía me alegre de verlo tocando las hueseras, también pude comprobar que era muy estimado por todos los miembros de la agrupación.
Su hermano Pedro hizo sus pinitos como cantador, pero pronto esa afición se diluyo y nunca más volví a verlo y a oírlo cantar, recuerdo que no lo hacía mal, tenía un buen estilo y se atrevía a cantar, isas, folías y malagueñas.
Hace algunos años con motivos de las Fiestas del Queso, estuve con él en la plaza, cojeaba un poco y le pregunté que le pasaba, y me dijo que había tenido un accidente con la moto. Jamás en los años que lo veía con más asiduidad, nunca lo vi enfadado todo lo contrario, siempre mostró una risa sempiterna que invitaba a las gentes, que incluso no le conocían a departir con él.
Otra afición que siempre lo condicionó fue el futbol, no se perdía ningún partido donde actuase la UD Guía, equipo por el que sentía una gran pasión.
Con su viuda Librada Vega, vecina mía en la calle Médico Estévez, siempre tuve una buena relación, al igual que con su padre, Francisco Vega, y con sus hermanos. Ella siempre tuvo “in mente”, estudiar algo, ya que quería tener una cualificación y status superior al que tenía, mi amigo y compañero, Juan Santana Rodríguez al que conocíamos también por Adolfo, recuerdo verlo hablando con ella en la ventana que tenía la peluquería de su padre, con bastante frecuencia, no estoy muy seguro pero Juan le dejaba libros.
La muerte de Pepe me ha producido una enorme tristeza, nos conocimos siendo los dos muy jovencitos, y siempre le tuvo un enorme aprecio, por su extraordinaria forma de comportarse y por la nobleza de su carácter. Solo recordarle por todo lo que significó, mientras estuvo con nosotros, y rogarle al Señor que lo acoja en su seno.

Mis condolencias más afectuosas para su viuda Librada, y para todos sus familiares. Descanse en paz.  

JUAN DÁVILA GARCÍA