DOMINGO MEDEROS “POLLO DE GÁLDAR”
Hoy,
repasando algunas fotos de antiguos luchadores me puse a considerar
la notable diferencia entre esas estampas que tenían los hombres de
ayer con los actuales…. Me paré detenidamente, en José Martín
“El Sopo”, airoso y elegante, Francisco Marrero “Camurria”,
que movilizaba al público no para verlo defender a su bando sino
disfrutar de su insuperable arte… Ángel Álvarez “Angelito”,
discípulo del “Sopo”, del que Domingo J. Manrique escribió:
Y luego
que a tu rival
Tiendes
tu mano leal,
Suena de
entusiasmo el grito
y… no
eres “Angelito”
si no un
Ángel Colosal
También
otros muchos: Manuel Marrero “Pollo de Buen Lugar”, Víctor
Almeida “El Artillero”, Alfredo Martín “El Palmero”, “El
Rubio”, José Araña, Pedro Santana “El Tabletas”, Martín
Hernández, Don Justo Mesa, Joaquín Rodríguez “Pollo de Uga”,
José Rodríguez Franco “Faro de Maspalomas” o el mismísimo
Miguel Cabrera “Mandarria”, del que escribí recientemente en
este trío de campeones naturales del municipio de Gáldar…
Todos,
exceptuando “El Faro de Maspalomas”, rondaban los 85-95 kilos de
músculos… Todos, eran hombres ateados, de fortaleza natural y
apolínea figura… Hoy, se estila otra constitución y raro es el
puntal que no esté por encima de los 120 kilos… Por eso causa
sorpresa y admiración que uno de aquellos viejos luchadores saltara
a la arena y “mano arriba”, “Mano Abajo”, “Al Moño” o a
la “retorcida”, luchando bajo el lema “arriba o abajo”, a una
sola lucha o lucha corrida, se plantara en el terrero para dar buena
cuenta de los rivales que le salieran al paso.
Además,
si quedaba disconforme con su derrota, allí, sobre el terrero,
pegaban su desafío de “rasquera”… Por eso digo que era una
época distinta o más romántica…
Pero
si alguien dejó una huella imborrable
fue Domingo Mederos “Pollo de Gáldar”. Dominguito perteneció a
esa época en que no existían los clubes, ni se les esperaba.
Tampoco, un estilo único de agarre y para iniciar la brega cada
luchador era libre de agarrar como quería…
A veces,
las palabras de Dominguito me sonaban a sentencia: “Yo soy
discípulo de Pepe Ojeda, notable luchador de mi época. El influyó
para que encaminara mis primeros pasos por los senderos de la lucha
canaria…
En una de
nuestras distintas charlas recuerdo que le pregunté por qué unas
veces agarra a “Mano Metida” y otras “Mano abajo”…: “Yo,
- me dijo- luchaba a los dos estilos porque de esa manera podía
luchar en todos los sitios…”
Pero
echando la vista atrás, la primera ocasión en que hablé con
Dominguito fue en su domicilio en la calle Maninidra, en el
municipio de Gáldar, frente mismo a donde hoy se alza el terrero de
lucha. Dominguito Mederos, era todo un campeón, enamorado de la
vieja y noble lucha canaria.
Larga fue
nuestra charla. La mantuve con mucho detenimiento, procurando que no
se escapara ningún detalle… Dominguito, era muy gráfico… Unas
veces, sentado en un viejo banco otras, erguido, gallardo cual
guerrero indio, me contaba su dilatada historia dentro y fuera del
terrero…
Dominguito,
se comentaba mucho en escritos y tertulias aquel sonado desafío ante
el forzudo “Faro de Maspalomas”…
“Maestro
Pepe y yo éramos de dos épocas distintas. Yo le aventaja en años;
él, en fuerza, en poder y talla…
Dominguito,
se pasaba la lengua por los labios para humedecerlos… Parecía
saborear y disfrutar con cada una de sus palabras cuando recuerda
aquel histórico desafío con José Rodríguez Franco “El Faro”…
“En
lucha corrida, en el Gonçalvez, fue la primera vez que le salí y lo
vencí. Después, partimos muchas luchas… Después, apalabramos un
desafío a cinco luchas… Fue un desafío que tiene su historia
incluso antes del enfrentamiento… “El Faro”, estaba
irresistible… Yo estaba en buen momento pero pocos me señalaban
como favorito… Yo, me preparé a conciencia. Me jugaba mi
prestigio… El Faro, ya le dije, era más alto y más fuerte. Yo,
tenía una buena cintura y un gran repertorio de luchas. Por ello,
como vencerlo no era empresa fácil, me busqué un “sparring” en
Gáldar que tuviera más o menos la misma envergadura que el Faro.
Ese hombre fue Vicente Vega… Estuve entrenando duro… Poco a poco
me fui adaptando mejor en cada pechada… En la zona corrían los
comentarios para todos los gustos… Pocos creían que esos entrenos, me dieran resultado positivo… Y el día señalado, cuando nos
pusimos en la arena donde se miden los hombres y el Faro salió
derrotado fue cuando muchos dieron el brazo a torcer…
Sabía
Dominguito, que estando en forma facilitaba sus victorias. Por eso la
preparación no la descuidaba. De cintura increíble, era capaz de
estirar y contorsionar el cuerpo con facilidad… Se decía que,
asiduamente, en una finquita que tenía, hacía ejercicios de
cintura. Para ello amontonaba un fleje de rolos de platanera y uno a
uno, con los pies firmes en la tierra, realizaba giros enérgicos a
izquierda y derecha y trasladaba el montón de rolos hasta apilarlos
a su espalda. Así una y otra vez…
Lo atajé:
Usted fue un hombre terrible sobre el terrero… Luchadores de la
época me hablaron que era muy difícil quitarle la posición…
Mi
posición siempre estaba dispuesta para atacar o defender. Una pierna
adelantada y la otra más atrasada, en retaguardia, para tener
siempre el cuerpo equilibrado. Es lo primero que hay que aprender.
Pero también tenía variedad de luchas… Gustaba mucho al público
que desestabilizara al rival y lo rematara con otra lucha… Por
ejemplo entraba de burra y terminaba hurtando el cuerpo al contrario
para rematarlo de traspiés. Tenía luchas favoritas pero siempre
actuaba con arreglo a como se presentara el contrario.
Dominguito,
amaba la lucha. Estudiaba a todos sus rivales… “Yo cuando un
hombre salía al terrero tan solo verlo caminar sabía por qué lucha
se caía”…
Rotundo,
a veces socarrón, Dominguito dejaba entrever en nuestra conversación
la admiración y respeto que le tenían los rivales…
Posteriormente
recuerdo algunos luchadores que estudiaban en la intimidad a sus
rivales… Paso así con Justo Mesa cuando en cierta ocasión, sus
incondicionales, le propusieron un desafío frente al “Faro”. Con
este desafío se decía que Justo Mesa solucionaba sus problemas
económicos…Don Justo, ya retirado, acarició la idea y estuvo
haciendo sus blandeos. Cuando entendió que estaba en forma mandó un
emisario para que observara el estado del Faro. Después de verlo
regreso y señalando un clavo que estaba en la pared le dijo: Don
Justo, ahí tiene un clavo… Cuelgue ahí los pantalones y olvídese
del asunto…
También
Carampín, las pasó canutas. Alfredo Martín “El Palmero”, por
desvío lo vencía con facilidad. Pero cierto día, entrenando
Carampín dio con la contra. Desde entonces trajo por la calle de la
amargura al Palmero…
Pero no
quiero desviarme y le pregunté por sus comienzos…
Empecé a
luchar cuando tenía 17 años. Debuté en Tenerife a los 21. Esa
tarde tumbé a cuatro contrarios, entre ellos al Cañero. Desde
entonces fueron frecuentes mis recaladas por la isla picuda… Cinco
años más tarde, recién cumplidos los 26 años, en 1.932, me calcé
el titulo de Campeón de Canarias al vencer al tinerfeño Pedro
Rodríguez “Pollo de Las Canteras” por un resultado que no dejaba
ninguna duda 3-0. Quizás los más disputados fueron los cuatro (dos
en Tenerife y dos en Las Palmas ante el “Pollo de Tegueste”.
Dominguito,
en esa época la lucha canaria en Cuba estaba en auge. Por allá
terminaban recalando los notables luchadores de la época… ¿Usted
nunca se sintió atraído?
Yo tuve
ofertas para hacer distintos desplazamientos pero no me convino. Me
dijeron que si quería ir a Palencia, León y hasta Suiza... Pero no
encontré atractiva la invitación y la rechacé… Sin embargo fui a
Melilla, el mismo año en que conquisté el fajín de Campeón
Regional (1.932) y participé en tres desafíos en la modalidad de
“greco-romana”. Vencí a un tal Yuma, y en los otros dos no hubo
vencedor ni vencido.
Retirado,
conservó su pasión por la lucha canaria hasta tal punto que no se
perdía ni un entreno, ni una luchada. Allí, siempre hubo la silla
de Dominguito, en el borde mismo del terrero. A saludarlo se
acercaban jóvenes y menos jóvenes que le pedían consejos sobre
luchas y contras…
Dominguito
no paraba. Su historia, es larga. ¿Dominguito, seguramente tiene
usted numerosas anécdotas, viviencias, curiosidades…?
Sí.
Muchas. Una fue cuando estaba quitando del terrero algunas piedras
que había y del público salió un aficionado que dijo: “Domingo
Mederos está preparando la cama…” y efectivamente estaba
preparando la cama para los rivales que me salieron. Ese día hice
una buena barrida… En otra ocasión me desplacé a Lanzarote con
grupo de viejos. Uno de ellos sufría ataques de asma y realizaba el
viaje a ver si se aliviaba… A la llegada me metí en la imprenta
para imprimir un breve texto: “Un solo hombre de Las Palmas desafía
a toda la isla”… Pero entonces surgió el imprevisto: paso un
desconocido y me dijo que era fea la frase que ponía y me indicó que
en el cuartel había un sargento de Gáldar. Le dices que te deje
unos soldados y compones un equipo. Así lo hice y entre los viejos y
los soldados ganamos los dos días seguidos que duró la excursión…
Domingo
Mederos, partió lucha con todos los notables luchadores de la época…
Avelino Delgado “Pollo de San Andrés”, Maestro Pepe “El Faro”,
Carampín, Alfredo Martín “El Palmero”, Matoso, Pepe Araña,
Pollo de las Canteras, Pollo de las Mercedes, Pollo de Tegueste,
Camurria, Don Justo Mesa, etc., etc.
Por eso
le pregunté: ¿Según su criterio que condiciones debe tener un buen
luchador?
“Fortaleza,
arte, genialidad, ataque, defensa, buena planta, preparación física,
amor a nuestro deporte y colocación. Ahora de los luchadores de los
cuales se podría sacar una de esas condiciones sería: “El Faro”,
Camurria, Palmero, Carampín, Matoso y Manuel Marrero…
Y Domingo
Mederos ¿no?
“Pues
sí”
Hace unos
años se llevó al pleno municipal, la iniciativa para que el terrero
de lucha del municipio de Gáldar llevara el nombre del campeonísimo
Domingo Mederos “Pollo de Gáldar” que, durante 25 años, paseó
por todos los rincones del Archipiélago el nombre de su ciudad
natal. La propuesta fue rechazada por 8 votos a favor (PP 5 y 3 UPG)
y 11 en contra (7 BNR-NC y 4 PSOE). Rechazada la propuesta el Alcalde
Presidente sometió a votación la construcción de una estatua en
reconocimiento a la intensa y brillante trayectoria del luchador
galdense.
Y a la
espera del monumento estamos…
ALFREDO AYALA OJEDA