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domingo, 18 de junio de 2023

* MIS VIVENCIAS CON "TENDERETE"

“Tenderete”, es un poco de mi vida, de mi amplia historia televisiva y, también, un poco de todos y cada uno, canarios o no, que sienten la música de las islas como propia. Por eso, no pienso que me equivoque cuando afirmo que “Tenderete” es algo más que un símbolo para todos los isleños. Un símbolo unas veces temido y otras, respetado.
 
Temido, porque aquellos políticos de la época del “ordeno y mando” de “cachetón y tentetieso”, del “sabe usted con quien está hablando”, “de brigada político social” se sentían amenazados, cuando en la noche de los martes, las calles quedaban desiertas y la gente llana, la que respira y se siente pueblo, se concentraba en el salón de la casa ante aquellos escasos televisores, que transmitían en blanco y negro, los más puros sentires del alma… 

Respetado, porque era difícil meter tijera a un programa por la simple sospecha de divulgar y fomentar nuestra música. Tenderete, con voces y música, tradición y sentimientos, era la brisa fresca y aglutinadora, que programa a programa, sin distingo de si eras de aquí o de allá, unía las islas en un único sentido… Así, andando el tiempo, casi sin proponérselo, Tenderete se convirtió en el abanderado de nuestro pueblo… 

Pero un día, ojos miopes, temerosos, señalaron con dedo acusador, la conveniencia del degüello del programa… Eran los últimos coletazos de un largo periodo en que prohibir era tanto como gobernar… Recuerdo que, por aquel entonces, el gobernador civil, Gerona de la Figuera, el de la moto “Harley”, era popularmente conocido como “Polvo en suspensión” porque durante su mandato también arremetió en su particular cruzada, contra prostíbulos, "casas de tapadillo" y "casas de niñas"… En esa época, los hilos de la tele, se movían con criterios sensores, desde las Delegaciones de Información y Turismo, estaba como director del centro de Producción de Canarias, Eduardo Autrán Arias Salgado… Para situar a la gente joven en esos difíciles tiempos, recuerdo la anécdota del amigo, viejo tenderetero y realizador de TVEC, Paco Sánchez cuando, de sorpresa, recibió en su domicilio, la visita de la brigada político social porque el amigo Paco tenía discos, revistas, grabaciones, letras de autores, pongamos de la otra orilla y eso, en la época era un tremendo delito… La Brigada, tocó en su puerta y Paco que había tenido una noche de farra, abrió la puerta…

¡Somos de la Brigada Político Social!

- ¡Bonita profesión!, contestó Paco, con esa mezcla de hilaridad y euforia y, en su relato, recalcó en tono lastimero: debí decir un “no señor”, donde tenía que decir un “sí señor” y me aflojaron una "ensalada de cachetones", sin anestesia ni nada…

Era, para el régimen, tiempos de incertidumbre. Tiempos en que el pueblo comenzaba a despertar de un sueño muy prolongado en el tiempo... Eran tiempos, de muchos ecos y prolongados silencios…

Pues con estos mimbres de miedos e incertidumbres se urdió la desaparición de Tenderete, un programa que sin ser sospechoso de nada, era culpable de todo. Tenderete, desapareció de antena, casi sin hacer ruido, pero quedaba celosamente guardado como una seña de identidad, en la memoria de los isleños…

Durmió Tenderete durante más de una década (1.973-1.983). Recuerdo que, con Nanino, en los numerosos programas en los que trabajamos juntos, (Tenderete, El Pueblo Canta, Canarias Viva) la pregunta del pueblo llano era constante ¿Cuándo vuelve Tenderete?. Pasaban los años y "Tenderete" olía a olvido... Pero. lo que son las cosas: la popularidad del programa, en esa larguísima ausencia, crecía, crecía  crecía. Sólo faltaba que alguien tuviera los arrestos necesarios para proponer su vuelta.

Foto: Alfredo Ayala y Nanino


Así, cuando llega la democracia, el programa regresa a antena, en el plató de La Feria del Atlántico, el 18 de noviembre de 1983… Volvía Tenderete en olor a multitud. Había expectación y la gente se arremolinaba en el salón de las casas, teleclubes, bares, sociedades. Volvía, para los dictadores de la época, “lo prohibido” y volvía, en riguroso directo, sin truco ni trampa. Cada programa era verdad, auténtico. Y en esa esperada vuelta de Tenderete se fundieron el blanco y negro del 71, con el color del 83. Erizados, con el corazón encogido, con la emoción contenida, vivimos el momento cuando Nano Doreste, afeitadito, guapetón, flaco como un podenco, mientras cantaba una isa del uno (1.971) la retomaba, gordo, barbudo en el mismo tono y en color (1.983)… 

Aquella noche de noviembre del 83, se estrenaba el más amplio decorado diseñado por un entusiasta Pepe Dámaso… Sonaba “Qué Tenderete”, de Elfidio Alonso, interpretado por Los Sabandeños y Nanino, estrenando camisa con bordados de la isla de La Palma, decía: “Vuelve Tenderete y vuelve…"

ALFREDO AYALA OJEDA

domingo, 23 de abril de 2023

* A LA MEMORIA DE “A. PALMADA”



Por: Alfredo Ayala


Siempre, en casa de mis padres, se vivió con intensidad la Lucha Canaria. Incluso, en tiempos en que las riendas de las distintas modalidades luchísticas dependían de F.E.L., la Federación de Las Palmas, estuvo establecida en mi domicilio, en Las Alcaravaneras, en la calle de Blasco Ibáñez, 45.  

Foto: Dionisio Brito, Manuel Marrero, Antonio Ayala y Alfredo Ayala.

Pero mucho antes, cuando teníamos nuestro domicilio en la calle Ángel Guimerá, en el barrio de Arenales, yo estaba más flaco que un podenco y mi padre vió en la lucha canaria la manera que mi cuerpito se desarrollara. Una tarde, me llevó a la sede del decano de la lucha “El Adargoma” ubicada en Educación y Descanso, en la calle de León y Castillo y entró por aquellos enormes salones y saludó a tres leyendas de la lucha, tres hombres irrepetibles y respetados: Buenaventura Benítez, Juanito Mujíca y Pepito González.  Después del saludo, mi padre les dijo: “Aquí les traigo este pollillo para ver si con el ejercicio, recupera algo de peso y lo hacen un hombrito y, después, Maestro Ventura, si aprende a lo mejor tengo en casa un luchador y todo… Yo contaba por aquel entonces unos diez añitos… 

Gané algunos kilitos y debuté, temblando como un flan, el Estadio Insular aquel mismito día en que Manuel Marrero “Pollo de Buen Lugar” y Manuel Suárez “Manolín”, con un estadio Insular a rebosar, agarraron un histórico desafío en el tiempo que se podía titular como el “Ayer y el hoy”. Marrero, superaba los cuarenta y Manolín estaba en su mejor momento. 

Yo seguía muy vinculado a la lucha, incluso me desplazaba en un pirata a las luchadas que se hacían en Telde, Agüimes, Ingenio o la rutas norte: Arucas, Guía, Gáldar. Mi padre, Antonio Ayala, firmaba sus crónicas de lucha con el seudónimo “A.Palmada”. Tenía una pluma ágil y sus crónicas encendían la llama de la pasión en el ambiente luchístico. Era, Jefe de deportes del Eco de Canarias y en ocasiones, cuando la Unión Deportiva Las Palmas, no tenía dinero, ni para pagar a la señora de la limpieza, organizó algunos espectáculos que aliviaron las arcas del club.  

Muchas de sus anécdotas están reflejadas en un libro que publiqué en su memoria, tras su fallecimiento repentino, en 1.973. Un libro ya agotado en el que recoge, la unificación del reglamento, historia de grandes luchadores, anécdotas, curiosidades, etc.  Hoy, con motivo del agasajo o homenaje que se le va a rendir en el Centro Comercial Las Arenas el amigo Pedro Reyes, he creído conveniente recordar una breve historia con sabor isleño que publicó el 3.11.54 en el Eco de Canarias: 

“Pepe González (Funcionario del Banco Español de Crédito), era un muchacho ocurrente, dicharachero, servicial, correcto que gozaba de la estima de quienes le trataron por su manera afable y humilde. 

Suya es la anécdota que se cuenta entre los aficionados a la lucha. Una vez luchaba Pepito González y había ganado por burra, lo llamaron de la grada, como es habitual, para premiarle y un conocido y veterano aficionado le dijo, al tiempo que le daba una peseta… 

-Toma; para que le compres alfalfa a la burra. 

Y Pepito, con esa repentización que le hizo popular, replicó presto: 

“Eche un duro ahí, mano; no sabe que la alfalfa ha subido una barbaridad…” 

 

sábado, 25 de marzo de 2023

* A XAYO...



Duele. Duele, y mucho, la desmemoria política. Y duele porque esta es una historia que se repite frecuentemente y nadie, no toma nota ni para aprender, y menos, para rectificar.  Ahora, cuando Xayo no puede disfrutar del momento del reconocimiento, se le pone, en lugar próximo a su casa, en San Roque (Guía), un mural. ¡Qué pena!

¿Tan difícil es reconocer los méritos de alguien para que los disfrute en vida…?

En su justo momento, conmovido por la pérdida del amigo Xayo, sólo me atreví a señalar aquel encuentro, uno de tantos, que tuve con él en Garachico, donde era muy querido. Hablamos de momentos y “momentos”. Esos amargos ratos por los que tuvieron que pasar "los de la cáscara amarga", “los mariquitas”, “los maricones”, “vaciolas”, “los de la acera de enfrente”, los transexuales que eran víctimas de agresiones, de escarnio, de burla... Personajes que fueron castigados con saña, apartados de la sociedad, o enviados a Tefía (Fuerteventura), donde fueron maltratados y castigados con crueldad.
Xayo, era una buena persona. Lo conocí en sus actuaciones, en conversaciones hasta el amanecer, en la consulta dietética en el ambulatorio de Santa María de Guía - era, como yo, diabético- y entre consulta y consulta nos despachábamos a gusto recordando tiempos idos. El siempre con el humor por bandera... Pero sobre todo Xayo, el amigo, la buena persona, el emprendedor, era ARTISTA. Su carrera, que yo recuerde, tuvo el distingo merecido y oportuno en el programa "GOT TALENT", donde se reconocieron sus méritos y se le homenajeó con un “pase de oro” que, para él, fue como besar el cielo… Esa tarde noche en que se emitió el programa a mí, se me erizó la piel, entre otras cosas porque al amigo Xayo se le veía radiante como novia, emocionada y feliz.

Aquí, en la isla, nunca se le reconoció ni su mérito, ni su valentía... Y ahora que ya no está entre nosotros, se pide la medalla de Oro de Canarias... Una distinción que, en el hipotético caso que se le conceda, no podrá disfrutarla y que para recibirla subirá un familiar, o a quien se designe, a recogerla en su nombre.

Xayo, estoy caliente, triste, porque en este minúsculo país de estrechas miras, solo se es bueno, genial e irrepetible, cuando la muerte, como es tu caso, llega sin avisar: de sopetón.

Ahora, amigo, artista, allá donde estés no puede pasarte nada malo y serás una estrella, con brillo propio, en el lienzo azul del cielo.

Descansa en paz, amigo.

ALFREDO AYALA

viernes, 13 de mayo de 2022

* SOBRE “EL CAJÓN COMUNAL”


… El pobre, siempre cargando el saco de la pobreza

Pues sí: “Las ciencias adelantan que es una barbaridad” expresión que se debe a aquella zarzuela estrenada en 1.894, “La verbena de la Paloma”, donde nada más iniciarse la puesta en escena, los personajes don Hilarión y don Sebastián hacen alusión a los avances de las ciencias y la medicina…

Ha pasado el tiempo. Embargo, los cambios cada vez nos sorprenden menos y lo que ayer parecía un sueño, hoy son realidades. 

Por las fechas, por lo que adelantan las ciencias, por el mes del tenorio y la proximidad de las fiestas de San Andrés de cacharros y tablas, de prueba de vinos, salidas de Ranchos de Ánimas, de difuntos y las Tafeñas pues me he puesto a reunir algunas historias y vivencias, alusivas a las fechas en que vivimos. 

Como en aquella ocasión en que en la zona de Tigaday (Hierro), acudimos (1.977) para hacer una grabación para el programa de Televisión Española “El Pueblo Canta”, dirigido por Fernando Díaz Cutillas y en la que fui el Productor. El Hierro era una isla diseminada, escasamente poblada que, con la inauguración del aeropuerto, empezaba a despertar de un larguísimo letargo. Guiados por el fundador del grupo Tejeguate, Ramon Padrón Cejas, fuimos por una de aquellas polvorientas calles para llegar a una desvencijada choza de piedra seca, que albergaba un viejo cajón comunal que sirvió, hasta hacía poco, para dar justa sepultura a los vecinos que no tenían posibles para costearse la cristiana sepultura. Durante largo rato lo contemplamos. Estaba descolorido, carcomido por el uso y el paso del tiempo. También acribillado por la polilla. El fondo del ataúd era como dos hojas abatibles y una tranca. El difunto, era introducido en la caja y transportado hasta llegar al lugar del descanso eterno. Allí, se abrían esas hojas abatibles y el cajón volvía nuevamente a la choza, a la espera del fallecimiento de otro pobre.


Los Llanillos-Frontera-El Hierro (foto de Ramón Padrón Cejas)

Después, andando el tiempo, repasando papeles y girando visitas a distintos lugares, donde me interesé, en diferentes municipios por los cajones comunales que mecían recuerdos de tiempos pasados, cuando prestaban un buen servicio a esa parte de la sociedad más desfavorecida… Entre los que recuerdo, en buen estado de conservación figura el de Hoya de Pineda, popularmente conocida como “La Cueva de la Caja”.

Un valioso trabajo etnográfico de la FEDAC, nos introduce en esa época que se prolongó hasta bien entrado el siglo pasado:

“El uso de la caja de muertos comunal se extendió hasta mediados del siglo XX, un período de poblaciones dispersas y muchas veces alejadas de las iglesias y cementerios, por lo que cuando una persona fallecía, los hombres jóvenes del lugar iban a la cueva que guardaba la caja de muertos comunal, para transportar al finado hasta su última morada, después de recorrer kilómetros por angostos caminos y profundos barrancos, rutas en las que había apeaderos señalados, para que los vivos tomaran un respiro y los muertos recibieran rezos. Algunos de estos puntos, llamados descansaderos de muertos, sobreviven aún al paso del tiempo aislados en los caminos, aunque la población solo repara en las cruces e interpreta su amplia repisa de piedra como un altar, cuando en realidad es el espacio en el que los jóvenes depositaban el ataúd para descansar y acometer el siguiente tramo del camino. Así era en Hoya de Pineda en Gáldar, donde aún puede visitarse la denominada Cueva de la Caja, que albergaba un gran ataúd de madera para los fallecidos adultos y otro pequeño y blanco para los niños, para las familias que no podían adquirir uno propio para su finado.

El centro y sureste de Gran Canaria, con sus profundos barrancos y aquellos pagos mal comunicados, presentan aún numerosas muestras de religiosidad popular como la Cueva del Aire en Veneguera, las Cuevas de Muertos de Tasartico y Tasarte y los féretros comunales de Fataga.”

También, el prestigioso antropólogo don Francisco Mireles Betancor, en la publicación “Fiestas, dolor y muerte” referida a Gran Canaria, señala que:

“En la sociedad tradicional canaria había un tiempo para la vida y otro para la muerte, los dos se interrelacionaban y se intercalaban. Durante la vida te preparabas para la muerte, encargando la mortaja, dando instrucciones precisas para el enterramiento, pagando las misas de luz, o solicitando que el rancho de ánimas se acercara a la casa familiar. Después de la muerte, los allegados recordaban y mantenían la presencia del difunto entre ellos, colocando cuadros o fotos, usando ropas de luto y crespones, encendiendo lámparas de aceite, acudiendo a las misas de difuntos, etc. Tampoco ha de extrañar que en cierto sentido la fiesta formara parte de la muerte, entendiendo como fiesta aquellos momentos en los que se reúne la comunidad para recordar o conmemorar y a la vez celebrar, al difunto, como la noche de los finados o el día de todos los santos en el enrame de las tumbas”.

En el año 1.812, se inició la construcción del primer cementerio de Las Palmas de Gran Canaria, en el linde entre Vegueta y el barrio marinero de San Cristóbal. La obra, debía costearla las arcas municipales, pero al no disponer de los recursos necesarios, el obispado anticipó el dinero…Surgió entonces el problema… ¿Cómo se iba a dar eterno reposo en camposanto cristiano a quienes profesaban otras religiones?.

Fue en esos momentos cuando se decide que, en uno de los laterales del cementerio de Las Palmas, se enterrarán los difuntos protestantes de nacionalidad no británica… Esto motivó una airada protesta de la iglesia católica que, desde entonces, se negó a acompañar el cortejo fúnebre hasta el interior del cementerio de Vegueta, despidiendo a los fallecidos a la sombra de un cercano ficus que, desde ese momento, pasó popularmente a llamarse “Árbol del responso”…

Sobre el histórico árbol amigo o amiga lectora tienen en este mismo blog, https://www.etnografiayfolclore.org/2011/07/el-por-que-del-historico-arbol-del.html sentida reflexión, que me lleva a la triste conclusión que, hasta para proteger y respetar un árbol, dependamos de la sensibilidad del político de turno.


ALFREDO AYALA OJEDA

jueves, 24 de marzo de 2022

* ALFREDO AYALA OJEDA, "ROQUE NUBLO FOLCLÓRICO, DE GRAN CANARIA 2022"

El pasado jueves día 17 de marzo, en el Auditorio Alfredo Kraus, tuvo lugar, dentro del 109 aniversario de la fundación del Cabildo de Gran Canaria, el acto de entrega de “HONORES Y DISTINCIONES 2022”.

El Cabildo de Gran Canaria reconoció con el “Roque Nublo”, en el ámbito de Folclore, al productor y realizador televisivo Alfredo Ayala Ojeda por su aportación esencial a numerosos programas y proyectos de televisión dedicado al conocimiento de la isla de sus tradiciones y de la idiosincracia de su gente.

Destaca su larguísima trayectoria de más de 50 años con su paso por los servicios informativos o programas como “El Pueblo Canta”, “Tenderete”, “Canarias Viva”, “Perfiles”, “Redivivo”, “La Bodega de Julián”, “Senderos Isleños”, “Andar Canarias”, “Parrandiando”, “Fiestas y Romerías”.

Hoy, tras el aluvión de felicitaciones y muestras de cariño recibidas, quiero dar mi más sinceras gracias a todas y cada una de las mujeres, hombres, que han distraído un minuto de su tiempo para mostrar su afecto y consideración.



Estoy convencido que, aunque he intentado contestar a cuantos me han felicitado que, seguramente, se me han quedado algun@s en el tintero. Para ellos, mis disculpas…

Debo decir que he recibido numerosas distinciones como “Talento 2009”, “Tesoro Vivo de la Televisión”, “Azor de Plata”, “Azor de Bronce”, “Premios de la Federación Española de Lucha 1.971, 72 y 73”, pero hoy me siento afortunado por ser distinguido en mi tierra, donde dicen que nadie es profeta, nada más y nada menos, con el símbolo de Gran Canaria: el ROQUE NUBLO.

¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!

ALFREDO AYALA OJEDA

martes, 15 de marzo de 2022

* ¿UN PLEITO EN “TENDERETE”? ¡QUÉ VERGÜENZA!

En la tele, no todo es verdad aunque muchas veces tenga apariencia de realidad.

Recuerdo hace casi 24 años -Era por aquellos momentos junto con Tony Santana, director del programa “TENDERETE”- se me ocurrió recrear, aquello que decían nuestros mayores cuando iban a disfrutar de las fiestas del pueblo… “¡FIESTA SIN PLEITO, ES ABURRÍA!”. Las fiestas, por lo tanto, se medían por los pleitos… Al día siguiente, los comentarios corrían de boca en boca...

- ¿Cómo estuvo la fiesta?

- ¡Buenísima!

- ¿Entonces hubo pleito?

- Sí; …y de los grandes: porque salió el “Mirinda” (apodado así porque tenía el pelo de color zanahoria) y dejó sorimba a dos forasteros que estaban molestosos…


Foto: Sergio Correa y Alfredo Ayala


Siempre quise rodear “Tenderete” y a otros muchos programas que creé o dirigí, de algunos detalles que tuvieron importancia en el pasado, pero que en el presente casi son olvido…

Así, dándole vueltas al coco se me metió en el tino, recrear un pleito en medio del Tenderete… A mí me puede la trastienda de los programas y a ello le dedico muchísimo tiempo… Hablé con algunas mujeres asiduas al programa y les preparé el vestuario: delantal, pañoletas, pañuelos, etc. Las cité antes del comienzo del programa y les dije: “Es sencillo el papel… Dos hombres van a pelearse en pleno programa y ustedes, desde que los hombres se encaren y eleven la voz salen los sujetan y todas gritan, arman el revuelo y hablan juntas, para que no se entienda nada más que la tensión que se respira. Calmados los ánimos, acompañan a cada uno de los pleitistas hasta su sitio y ya está”...

Después, me reuní con los protagonistas principales: Sergio Correa y Manolo Morales, que, en honor a la verdad, estuvieron de óscar…

La escena era: cada uno estaba en su cometido… Sergio Correa, con su asadero de costillas y Manolo Morales, cantando con la Parranda Cuasquías…

Llegado el momento, Sergio sacaba de la brasa la primera tanda de unas espectaculares chuletas y Manolo venía y le decía que le pusiera una en el plato… Sergio, no le hacía ni puñetero caso… Manolo se iba y momentos más tarde, en tono más agrio, volvía a insistir… Se miraron desafiantes, aparecieron las palabras y de ahí para llegar a las manos, solo faltaba que Sergio Correa, ofendido saliera del asadero y se encarara con Manolo Morales… Las señoras mayores, se metieron en el camino para que no se “agredieran”… pero los dos estaban sujetos por la pechera y a puntito de darse un fleje de piñas… Las viejitas, pusieron paz y calmaron a los dos gallos de pelea… después reinó la calma y todo transcurrió en una fiesta de cantos, toques, humor y tradición.

El programa, quedó redondo.

Andando el tiempo, creo que más de quince años, recalé por el mercado de nuestra señora de África, en Tenerife, con Sergio Correa, cuando una señora, en tono agrio, le tocó el hombro a Sergio y le dijo: 

- ¡mejor le diera vergüenza!... Tenderete, es para divertirse y no para pelear por una chuleta…

Menuda calentura autóctona tenía la señora y por mucho que se le dijo, no había forma de convencerla de que era un pleito de “mentirijilla”, que se le dio apariencia de realidad…

Pero ella, insistente, seguía en sus trece… 

- ¡Eso está muy feo!

Al final llegué a la conclusión, que la señora se sentía ofendida porque Tenderete era como su casa y en su casa siempre reinó la armonía, la paz y disfrutamos con TENDERETE….

Y cualquiera le tosía a la señora.


ALFREDO AYALA OJEDA

domingo, 16 de enero de 2022

* "EL ORIGEN DE LAS PAPAS ARRUGÁS"


Hace algún tiempito, con muchísima voluntad y atinado resultado, un reducido equipo de Televisión Española en Canarias, se puso en marcha para hacer realidad una idea que plasmé en la perla de Las Antillas, cuando grababa con el recientemente fallecido historiador cubano Eusebio Leal, una serie documental y etnográfica que se tituló “Senderos Isleños”. Corría el año 1.990, cuando el cámara Juan Antonio Cubas, los ayudantes Sebastián Medina y Miguel Almeida, dirigidos por Juan Martínez y yo, empezamos a levantar el acta de lo que había en esos momentos, sobre costumbres y tradiciones…

Cada capítulo, requería tiempo, investigación, entrevistas, visitas a museos y mucho pateo por distintos escenarios. En uno de nuestros recorridos, en Fuerteventura, nos entrevistamos con el impagable amigo, Francisco Navarro Artiles, pieza fundamental en el rigor de cada uno de los capítulos que, dicho de paso, nos puso la condición de no cobrar, por añadirse al equipo.

En uno de nuestros capítulos titulado “Jo, morenita, joooo”, dedicado a la pesca mediante cantos, premiado en la muestra internacional del Atlántico con el Azor de Plata, tuvimos como invitado, al amigo Mario Hernández Bueno, periodista especializado y premio nacional de Gastronomía, quien en un restaurante de Las Coloradas, en Las Isletas, nos habló sobre la cocina canaria y la preparación de la codiciada morena.

Quiso la casualidad, que el otro día me tropezara con Mario Hernández Bueno, cuando daba un paseo por Las Canteras. Llovía con fuerza y estuvimos agazapados en un zaguán hasta que la lluvia perdió intensidad… Pero me dio tiempo para abordar el tema del origen del enyesque, entrante o acompañamiento: “las papas arrugás” y me dijo: “ es lo más demandado". Es una receta que nos llega de aquellos antiguos pescadores, que en sus largas travesías, sancochaban las papas menudas con agua de mar, con lo cual aprovechaban todos los recursos… Y terminó con una verdad como un templo: el canario, no concibe una comida sin sus papitas.

Foto: Papas arrugás con mojo


“Senderos Isleños”, fue una serie de 63 capítulos que se dio por finalizada a finales del siglo pasado y que debería seguir divulgándose en centros de enseñanzas, para que las nuevas generaciones nos conozcan mejor. Además, en distintos certámenes algunos de sus capítulos fueron distinguidos con Azor de Plata, finalista en Sibiú ( Rumania ), Premio Centro de Iniciativas y Turismo, Volcán, etc.

ALFREDO AYALA OJEDA

miércoles, 10 de marzo de 2021

* GUEDES, IRREPETIBLE

Cuando Guedes, en el centro del campo, acariciaba el balón, levantaba la cabeza oteando el horizonte, Gilberto I, emprendía su galopada por la banda, sabedor que el Mariscal* de campo le haría llegar el balón, en condiciones ventajosas para perforar la red del equipo contrario.... Guedes, zancudo, brillante, de fútbol fácil, se doctoró en el Insular y su fama se extendió dentro y fuera de nuestro fragmentado territorio.
















martes, 5 de mayo de 2020

* LA CALLE ADIÓS...

Vivimos momentos difíciles. Momentos que, parejo con la angustia,  obligan a navegar por recuerdos de amigos, de los que ni hemos podido despedirnos ni, como mal menor, compartir el dolor con sus hijos, padres, ni abuelos... 

Hoy, entre tantas ausencias la memoria me traslada hasta la isla de La Palma, concretamente a Tijarafe, donde paseé, a principios de este siglo, con el repentista Eremiot que me llevó a conocer algunos de los mas, bellos rincones del municipio... 

Fue un largo recorrido, con paradas ilustrativas, que Eremiot se conocía al dedillo. Desde las altas cumbres, donde estuvimos durante horas con carboneros de la zona, hasta el mar. Allí, con su barquito, nos adentramos en “Cueva Bonita”, lugar repleto de misterio y leyenda... Una cueva con dos bocas, por la que los pescadores de la zona, burlaban  las visitas no deseadas , de los berberiscos... 


También me llevó, hasta el pequeño embarcadero denominado “Poris de Candelaria”, donde me llamó la atención que un reducido grupo de pescadores, hubieran creado un pueblo dentro de una gran cueva, en la misma orilla del mar.  


Me presentó al mismísimo “Diablo de Tijarafe”, encarnado en un personaje de cuento: Nicolás Rodríguez... También a María "la barajera", afamada echadora de cartas de la zona, a la que visité y me vaticinó que no volvería más a la isla de La Palma... Por eso,  cuando paramos en un barcito de la zona y escuché una abundante ración de décimas, al despedirme, me dijo Eremiot: “si quieres chafarle el vaticinio a  la barajera, no vayas por la calle del Adiós , porque por esa calle, se va derechito al cementerio.” 

Con el paso del tiempo, regresé a Tijarafe y recordé al amigo Eremiot y cuanto me había dicho, de la calle Adiós... Emprendí el regreso, caminando por las adoquinadas calles del municipio,  mientras me venía a la memoria la poetisa cubana, Dulce María Loynaz que en 1.958 escribía así, en la publicación “Un Verano en Tenerife”, sobre la calle que se llama Adiós que bajo su rotulación aparece pintada estas sentidas letras... 


Foto: Alfredo Ayala, en la calle del Adiós


“¿Qué secreto alentaba en ella que su recuerdo había perdurado a través de una distancia que medía por olas, de un tiempo que ocupa casi toda la vida?.. Lo supimos después. No era sombra de amor ni de misterio. No era aroma de leyenda. Adiós, sencillamente era la calle que conducía al camposanto. Pero voy a decir lo que era de manera exquisita: lo era con poesía que era una cosa que se da muy poco en materia municipal, y, por mejor decir poco en cualquier materia. No creo que haya habido Concejales padrinos:  fue el pueblo, un pueblo diminuto el que se acostumbró a llamarlo así, o ella misma nació ya con ese nombre que le era íntimo consustancial, exacto. De ahí la gracia la finura que no puedo olvidar quien la mira en otros días con sus ojos de niño. La calle va en declive, cortada sobre un risco; el pueblo queda arriba recogido el puñado de sus casas al filo del barranco. Pero hacía abajo y ya en el mismo talud que desciende verticalmente, en un despliegue de la roca han puesto el cementerio, como quien pone un ramo de azahares al pecho de la montaña. Bien se comprende que es difícil llegar a aquél sitio, aún para los hijos de esa fragosa tierra avezados a franquear desfiladeros: fue así que se hizo uso con el tiempo en detenerse en cierta escotadura donde la calle se quebraba por un corte de tajos descendentes. Era el umbral de las despedidas: allí quedaban los acompañantes todavía por unos minutos viendo bajar ya a picos de las Breñas un reducido resto de cortejo. Allí en silencio conmovido daban el último saludo el amigo al amigo que se iba, el hermano al hermano ….Luego se volvían calladas calle arriba, impregnada de suspiros hecha de adioses sin salida, no podía tener ya más que un nombre : y se llama ADIÓS.” 

*Nota: Las dos primeras fotos pertenecen a "Fotos Antiguas de Canarias"

ALFREDO AYALA OJEDA 

viernes, 17 de abril de 2020

* HASTA SIEMPRE POLADURA

Conocí a Poladura, en las primeras andaduras, cuando en mi etapa infantil de “descubridor”, salíamos desde mi barrio de las Alcaravaneras, con dirección a Ciudad Jardín para recorrer todos los túneles que atravesaban la zona. Él vivía en la esquinita, misma frente al histórico Estadio Insular.  

Con el paso del tiempo, recién comencé a trabajar en Televisión Española, en un desplazamiento a la isla de Lanzarote, para el programa el Pueblo Canta, nos hospedamos en el Arrecife Gran Hotel. Mi sorpresa fue grande porque después de tantos años, volvíamos a coincidir y cuál fue mi sorpresa que él, era el Director del hotel en aquella época. Cada día, al regreso, nos sentábamos y hablábamos de lo divino y de lo humano. Manuel Poladura, sentía por la música de la tierra y sus tradiciones, un cariño muy especial.

Más tarde, para el programa 300 Millones de TVE, el grupo invitado era nada más y nada menos que Los Sabandeños, volvimos a recalar por el Gran Hotel y allí, se armó una buena carajera musical. Manolo, siempre fue muy atento, también nos acompañó a la grabación hasta la zona de Papagayo que, hacía poco,  sobre 1960, Elías Serra Rafols y su hermano había redescubierto  los restos de San Marcial del Rubicón.  

Después, en distintas ocasiones Manuel Poladura, participó en programas como “Tenderete” y como no, en mi otro programa “La Bodega de Julián”. Recuerdo, como ahora mismo, aquella ocasión en que lo invité en Agüimes, a que participara con los tres palos de nuestro folclore y terminó enganchándose en polcas. 

Manolo Poladura, un día, junto a otros amigos, teniendo ese veneno folclórico metido hasta en la médula, formaron un grupo que el nombre le venía al pelo: “Los que no escarmientan”... Mentiría si digo que le echaba una corta andadura porque unos u otros tenían una dilatada trayectoria en otros grupos y poner disciplina en lo que yo entendía anárquicos, pues me resultaba difícil. Por eso, en La Casa de la Condesa, los invité para que participaran en la Bodega de Julián y allí, afinaitos, tuvieron una lúcida actuación... 

Hoy, Manolo, sin  tiempo para decir adiós, nos dejó. Una muerte repentina, le sorprendió en un recodo del camino.  Últimamente, nosotros nos saludábamos a través de las redes sociales y hasta hace unas horas, allí estaba, compartiendo vida con su legión de amigos. 

Descansa en paz querido amigo... Y mi pésame a la familia. 

ALFREDO AYALA OJEDA