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viernes, 20 de noviembre de 2009

* COPLAS DE ANTAÑO


Hay coplas que hace algunos años eran muy populares en Guía y que con el paso del tiempo se han ido olvidando y desgraciadamente somos muy pocos los que las recordamos, todas tenían ritmo de isa y eran muy comunes oírlas en aquellos tiempos, especialmente en las serenatas que se daban, todas estas coplas tenían su origen en hechos reales.

Así por ejemplo la primera que voy a citar, y que fue compuesta por Juan Dávila González, hablaba de los amoríos de un señor de nuestro pueblo nacido en buena cuna llamado Pepito…….., que se lío con una joven de vida alegre que llegó a Guía a principio de los años cuarenta del pasado siglo, y que según me comentaron los que la conocieron era toda una real hembra, su nombre era Matelle y habitaba en la Atalaya, hasta que este señor se la trajo a vivir con él en una casa de los Risquetes. Era tal el amor que sentía por ella que le ofreció casarse, Matelle aceptó de buena gana y Pepito le acondicionó la casa con todo detalles de lujo. Mi padre me decía que era una gran cantadora de nuestros aires típicos y solía salir de serenata con ellos recorriendo todo el pueblo luciendo su palmito y su esplendorosa voz, en más de una ocasión serenatearon al amado Pepito algo que al parecer no le sentaba bien, ya que consideraba una vulgaridad que su amada estuviera por la calle hasta altas horas de la noche.

Cuando llegó la fecha del enlace, Matelle se rajó, y ahí nació la copla:

Ahora dice Matelle,
Que no se casa,
Con los muebles comprado y
Pepe en casa.

La otra tuvo como protagonista a maestro Daniel Guillén. Este señor aparte de cuidar de sus tierras y la abundosa ganadería que tenía, se dedicaba a la mampostería, y tenía una forma muy peculiar de tomar las medidas, no utilizaba ningún aparato para medir las construcciones que realizaba, solo usaba las manos como medio de medida para coger las piedras o los cantos que iban conformando la obra, lo que generaba que la misma adquiriera una deformación en lo relacionados a la edificación, dinteles torcidos, ventanas y puertas cambadas y muchas anormalidades más. Maestro Daniel era muy aficionado al folklore y solía puntear una guitarrilla que tenía, interpretando con mucha profusión y casi en exclusividad unas seguidillas de las que decía ser su autor. Esta forma tan anómala hizo posible que alguien le hiciera esta copla, que dice así:

Maestro Daniel Guillén,
Practicaba la albañilería en algunos casos,
Y como tomaba las medidas de las piedras y los cantos con las manos,
Estos no les servían ni para calzos.

Y la última la creamos los componentes del conjunto rítmico Tirma, y la cantábamos cuando íbamos de serenata, como final de la misma, y la misma decía así:

Si quiere saber señorita,
Quien la parranda ha traído,
Juan le dan por nombre y
Usted sabrá los apellidos.

Fueron unos años inolvidables, las serenatas proliferaban en todos los lugares, era una forma de demostrar el afecto y el cariño que los jóvenes de la época sentían por sus novias y amigas, y se lo demostraban cantando debajo de sus ventanas, en más de una ocasión alguno se llevó un buen remojón.

JUAN DÁVILA GARCÍA

4 comentarios:

  1. Conoci al tal Pepito y cuanto acontecio entre los personajes citados, fue en aquellos años la comidilla de todo el pueblo, Gracias por recordarme algo que ya había olvidado.

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  2. DON JUAN,QUE LINDAS HISTORIAS. LO DE LAS SERENATAS,QUE PENA QUE SE HAYAN IDO PERDIENDO.
    SALUDOS DE UNA ADMIRADORA.

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  3. Señor Dávila, yo esa época no la he vivido, pero sí recuerdo, cuando a casa de mis padres iban un grupo de amigos, entre ellos un tío mío, (hermano de mi madre) y nos despertaban con una serenata, y luego iban a la casa de mis abuelos y hacían lo mismo. Mi tío a su madre le cantaba una folía:

    Despierta madre despierta
    de este sueño tan profundo,
    que hoy te viene a cantar
    quién más te quiere en el mundo.

    Hoy en día esta copla, la sigo cantando yo.

    Son de las cosas que no se olvidan nunca, a parte de lo emotivo que resultaba ser, tampoco lo olvidaré porque casi siempre era la noche de Reyes, así que a cualquier niñ@ que lo despierten a las 3 ó 4 de la madrugada, de dicho día ya no se volvía a dormir, por lo tanto..tocaba jugar.

    Muchas felicidades por su artículo.

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  4. Amigo, me ha traído usted a colación una época de envidia: las serenatas. Incluso cuando empezaron a aparecer, surgió aquel programa de radio "la ronda", donde los "novi@s" enviaban sus suspiros de amor a través de las ondas a sus enamorad@s.. pero yo donde queria llegar era a una serenata sorprendente, al menos para mí y que me gustaba que aquellos componentes de los auténticos TRIO LOS PANCHOS, me contaban...
    ellos, tenian una deuda de gratitud con un tinerfeño que les habia sacado de un apuro enorme... y prometieron que cuando llegaran a la isla, le darían una serenata... imaginése sr. dávila lo que es una serenata y nada menos que por los Panchos... pues cuando vinieron, se fueron a su domicilio y empezaron con su repertorio...
    sin embargo, no debió ser del agrado de uno de los vecinos que desde la ventana le "jincaron" un cacharro de agua...
    hay gente pa´todo amigo: para matar y para que la maten...
    Solo he querido poner una sonrisa a su emotivo articulo de tiempos idos...

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