Una de las fiestas más importantes y tradicional de Canarias, tiene lugar el tercer domingo de septiembre: La Fiesta de las Marías. En esta festividad próxima a cumplirse los 200 años, angustiados por la desolación ante una tremenda plaga de langosta o cigarrón como se conoce en la zona, el pueblo como un hombre solo se encaminó hasta Montaña de Vergara. Eran vecinos del Barranco del Pinar, Piedra de Molino, El Junquillo, El Palmital, El Paso, Verdejo, Calabozo, Caideros de San José, Saucillo y Lucena, los que ofrecieron una fiesta votiva a la Virgen de Santa María de Guía, como agradecimiento por el milagro de haber salvado sus tierras y cosechas de la plaga de cigarra.
Foto realizada por Mar Salvador Díaz
En Vergara, de rodillas, el pueblo hizo la promesa. La Virgen, escuchó y medió para que la lluvia hiciera su aparición. Así sucedió aquel día de 1.811 cuando una lluvia torrencial terminó con el mal de la cigarra, evitando la devastación y la ruina que se cernía sobre aquellas tierras. Es una de las tantas promesas que se trasladan de padres a hijos ofreciéndole a la Santísima Virgen de Guía, anualmente, el fruto de su trabajo.
Foto realizada por Antonio Ayala
Sin duda, la fiesta más interesante de cuantas se celebran en Canarias y una de las de menor afluencia de público que debe asistir perfectamente ataviado con vestimenta tradicional. Los mayordomos, cultures de la fiesta, imponen mano dura con quienes se quieren saltar a la torera la norma establecida.
Impone el momento en que bucios, caja de guerra, tambores... recrean el momento en que con esos medios se intentó espantar a la cigarra, de estas tierras de medianías.
LYDIA DÍAZ PÉREZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario