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miércoles, 15 de septiembre de 2010

* RECORDANDO A L@S AMIG@S

Hoy, cuando giro la cabeza y miro hacia atrás, parece como si el tiempo no hubiera transcurrido. Sin embargo, cuando repaso el blog de mi compañera del alma Lydia Díaz, observo mi trabajo y me sorprenden los numerosos artículos que he publicado en él. No falto a la verdad si digo que me he divertido escribiendo cada una de las letras que componen mis anécdotas,  mis artículos, mis relatos o narraciones. Incluso otros que parecen más sesudos como "El Ramo, un Símbolo", "El pastor y su mundo", "Las peleas de carneros", "Romerías", etc.

Pero dentro de todo, hay historias que uno las tiene más cerquita del corazón. La historia del mítico programa "Tenderete"; el intenso trabajo sobre "La danza del pámpano roto"; el "Levantamiento del arado" o lo sencillo y dulce de un hombre, que siempre lo conocí pastoreando cabras en su Lanzarote natal, Marcial de León un bailador irrepetible que hoy cuenta con más de ochenta años. Su artículo, claro lo titulé tal como me lo contó: "Yo bailaba con las cabras", con ellas, hacía los pasos y ensayaba... Yo estaba por ahí por un descampado, o reposando en un catre de viento y se me venían una tras otra los pensamientos que tenia sobre tal o cual baile. Entonces, daba un brinco y saltaba de la cama y con mi "lata", la lata es el palo terminado en punta de hierro que usan los pastores para salvar las dificultades del terreno, y me ponía a hacer los pasos...

Marcial, bailaba como los ángeles. El formó parte de la agrupación más famosa de Lanzarote la agrupación Ajey. Aquella gloriosa agrupación que dirigió el prestigioso folclorista José María Gil, natural de Gáldar y que se llevó de su Gáldar a Lanzarote el Sorondongo. Pues como decía Marcial tenia unos movimientos en los brazos que parecía que hacia ballet. Sus gestos eran delicados y siempre pensé que como era posible que un pastor que se entiende como brusco, puede ser tan delicado a la hora de danzar. Sus saltos eran elegantes, distinguidos.

Otro personaje que me causó una gratísima impresión fue Juan Brito, también de Lanzarote. Juan Brito fue mi catedrático de cultura popular. De el aprendí, hace muchísimos años, coplas, tradiciones, alfarería, costumbres y sobre todo, el respeto por lo nuestro.

Recientemente para el día de Canarias hice junto a él, un documental sobre el camello en Lanzarote y la memoria de la isla.

Así poco a poco, otros amigos como Benito Padrón, Esteban Ramírez de León., José Rodríguez Franco, Fernando Díaz Cutillas, Antoñita la cubana, y otros muchos han dejado profunda huella en mí.

Hoy, con motivo del aniversario del blog, he querido recordarlos.

ALFREDO AYALA OJEDA

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