Seguidores

Buscar este blog

lunes, 21 de marzo de 2011

* VIAJE A SYDNEY

Hola amigos de etnografiayfolclore.org, debo disculparme por tener aparcada mi pequeña aportación de escritos, llevo una época intentando sacar más minutos a las horas para poder hacer este tipo de cosas y visto está que sin éxito.

Esta vez les voy a escribir una especie de notas de viaje o apuntes de bitácora sobre el último viaje a Australia en el que fuimos a dar un concierto de Timple.

Un saludo y espero poder seguir escribiendo más a menudo.


“Cuando ustedes lean esto yo ya no estaré donde me encuentro escribiendo estas líneas; en travesía de Sydney a Tenerife, pasando por Singapur, Londres, Madrid… a 7 horas y 50 minutos de llegar aún a Londres, sobrevolando Pakistán, a 900Km/h y a 34.000 pies, (pienso, que si yo calzo un 42…) mi compañero, amigo y maestro Carlos Mozzi, que entiende más de esto, me dice que son como unos 10.000 metros de altura. Fuera hace -65º. Eso es pelete del bueno…

Pues aquí estoy; con tiempo para pensar, para recordar amigos, experiencias, música, en cosas por hacer… aprovecho para hacer algunos apuntes… He visto no menos de 6 películas entre la ida y lo que llevo de vuelta, he escuchado ni sé de discos, conciertos… estos aviones, el Airbus 380, tienen de todo, bueno, casi todo. No tienen una terracita, ni un balcón donde asomarse uno.

Ahora escucho a Eric Clapton, recuerdo cuando compré este cd (el Unplugged) de pibe. Me lo aconsejó un amigo de la infancia, que aún sigue escuchando a este artista.

Nos está dando tiempo de sobra para hacer cualquier cosa, pero hay tanta gente y está tan oscuro que no puedo hacer casi nada. Mi Timple se aburre al lado de la guitarra de Carlos en el compartimento de arriba. Seguro que quiere lo mismo que yo, llegar a casa y ver a los suyos.

En este viaje he ganado muchas cosas, como por ejemplo haber llegado a tierras muy lejanas con mi Timple, que como ya escribí en otro momento, ha sido mi pasaporte. Esto no tiene precio. Aunque me he perdido el primer disfraz de mi hijo; espero me lo perdone cuando sea más grande y no me vea a su lado en las fotos con su vestido de cebra. Gracias al “feisbuc” lo he visto con su madre, mi mujer, Nuria, y unos amigos.

Voy a aprovechar esta oscuridad para escribir, ahora que puedo seguir con la lágrima en el ojo y no me ve nadie, que he visto la película que nos prestó la amiga Goretti la última vez que la vimos; Güicho, la tengo en casa, no tengo casi tiempo allí de ver películas, pero la veremos, y te la devolveremos. Esa vez que la vea será traducida al español y quizás me entere de algo, que la que está en el avión está en versión original y aún así me emocionó mucho, no se si por el argumento o por otra cosa. “Le concert”.

Es muy bonito, apasionante, divertido, enriquecedor y muchas cosas más, así como una gran responsabilidad representar o difundir las cosas de tu tierra por aquí fuera, Sydney, Cuba, Venezuela, Alemania, Bélgica, la península… Te hace sentir responsable de ese testigo ya que en muchos sitios es la primera vez que ven y/o escuchan el sonido del Timple. “¿Y eso tan pequeño suena así?”, (and this small guitar can sound…?)

Llevamos fuera una semana, hemos hablado, descrito los paisajes, la luz, los olores, (por cierto, nos tocó al lado de los baños del avión y se podría adivinar con exactitud si los viajeros salen de hacer pipí o popó, chacho… a ver si me duermo y no me entero más de este pequeño detalle…).

Mucha gente tampoco conoce Canarias, ahí estoy yo con mi inglés de garrafón y con la boca llena intentando dar todo tipo de señas para dar a conocer nuestra tierra. Es un privilegio.

Como privilegio vivir allí, en Canarias me refiero, por eso miro cada poco el reloj de mi monitor y me va diciendo: “7 horas, 6.50h, 6.40h… para llegar a su destino”, y eso sin sumarle 5 o 6 horas más hasta llegar a Tenerife Norte, deseando no se desvíe al aeropuerto del sur.

Hemos hablado mucho sobre eso durante el viaje, de lo que es la tierra de uno, de lo que es tener que dejarla y emprender vida en otra ajena. También Carlos sabe de eso. Australia está llena de inmigrantes más que afincados, que vinieron en masa desde Inglaterra a principios de 1900. Muchos fueron niños huérfanos de tan solo 4 años en adelante, solos, a trabajar en el campo, en la construcción, en trabajos forzados. Una historia no muy distinta a la nuestra. Los viejos nuestros también las han pasado canutas, y no debemos darle la espalda a ese dato. Tal historia refuerza aún más si cabe mi apego a las islas, a las gentes, a las costumbres, al paisaje… ya saben.

Pues eso, que aún quedan 6.30h para llegar a Londres. Misma velocidad, misma altura, misma gente a mi alrededor, los viejos de delante no paran quietos, a saber que harán, los de al lado roncando, distintos visitantes al baño, y a esta hora sobrevolando Afganistán."

…Al final, 24h y pico de aviones, solo aviones en vuelo, sin contar esperas en aeropuertos, llegamos a Tenerife Norte, y a falta de 2 metros para aterrizar, “pa´rriba” otra vez, no se pudo y nos desvían pa´l sur. Y lo que eso conlleva, hora y pico más de guagua pa´l norte, maletas perdidas…

PEDRO IZQUIERDO GONZÁLEZ

2 comentarios:

  1. SIEMPRE ES BUENO DESCONECTAR CON LO ESTABLECIDO... PRIMERO, PORQUE TIENES MUCHOS CALDEROS AL FUEGO. SEGUNDO PORQUE LAS ISLAS, SE VIVEN, SE VEN Y SE SIENTEN DE OTRA MANERA. ME ALEGRO A TANTOS PIES DE ALTURA TE ACUERDES DE CUANTOS NOS MOVEMOS A FLOR DE TIERRA.
    UN ABRAZO AMIGO

    ResponderEliminar
  2. Es muy emotivo comprobar que a tanta distancia y a tanta altura, recuerda con tanto cariño a tu tierra y a sus gentes....
    Es muy emotivo sentir tu sensibilidad al hablar de tu hijo y de tu mujer,saber que a pesar de tu aparente "rectitud" sientes una lágima en tus ojos al enfrantarte a un papal para expresar lo que sientes.... como emotivo es escuchar tu música llena de profundos sentimientos...
    Sigue siendo emotivo comprobar como valoras a tus mayores, es este momento emigrantes, pero también en cualquier otra circunstancia....
    Gracias por dejarte conocer un poco más....
    Y sigue siendo como eres.
    Un abrazo.

    Una matancera

    ResponderEliminar