Hay un tema con el que Atlantes siempre comienza sus actuaciones: “Mar y Salitre”…que nunca me cansaré de oírlo. Comienza con un rumor de olas entregándose al remanso de una playa, que parece una musitada oración a la condición oceánica de nuestra tierra.
Y es que, ese vaivén sonoro, preludio a los primeros toques de chácara y tambor, viene a revelarnos una de las claves en las que fundamenta Atlantes su razón de ser. Pues, es ese mar, solapado a las primeras notas, la esencia misma de nuestra idiosincrasia de isleños, que lejos de sentirse aislados, recurren a ese mismo mar, para que éste, sea el vehículo donde proponer nuestros más ancestrales valores identitarios , convirtiéndolos en propuestas de ámbito universal.
Tras “Mar y Salitre”, siempre vienen las sentidas folias. Su nombre… lo dice todo: “Mi Voz es el Viento”. Y es a través de ellas…a través del más hondo sentimiento del canario envuelto en ese viento viajero, donde inexorablemente desembarcamos en América, para recorrerla desde Puerto Rico hasta la Patagonia.
Mar, viento y salitre, conforman el sutil hilo conductor donde Atlantes despliegan todo una doctrina poética y musical de extraordinaria coherencia. Y es esa coherencia la que los hace ser absolutamente contundentes en su mensaje, y la que estampa a esta formación una impronta inimitable.
La versatilidad, capacidad, virtuosismo y maestría de todos sus integrantes, la asombrosa y personal belleza de sus composiciones y arreglos, son los consecuentes y proporcionados elementos con los que Atlantes plasma tan exquisito y riguroso planteamiento doctrinal.
Quien tenga la oportunidad de verlos y oírlos, podrá comprobar y disfrutar todo cuanto aquí hoy les sugiero. La última ocasión donde se produjo tal fortuna fue en la pasada noche del martes y con motivo de las Fiestas de San Bartolomé de Tejina; conocida popularmente como Fiesta de Los Corazones…y una vez más, Atlantes estuvo en todos nuestros corazones.
FÉLIX ROMÁN MORALES, PARA ETNOGRAFÍA Y FOLCLORE
No hay comentarios:
Publicar un comentario