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martes, 14 de febrero de 2012

* LOS BUCHES

Muchos cabos sueltos, teorías o deducciones, rodean nuestro carnaval tradicional… Algunos aventuran que el inicio de los carnavales nos vino de manos de los españoles en tiempos de la conquista. También se señala que los primeros brotes del carnaval en el Archipiélago Canario se sitúan en la isla de Lanzarote, pasando luego al resto de las islas… Sin embargo no existe ningún asidero firme que sostenga estas suposiciones…

Hoy, siguiendo con la línea de Carnaval tradicional, de manera superficial, abordo “Los Buches”, de la isla de Lanzarote. Reconozco haberme llevado algún sonoro e inofensivo “buchazo” y, también, en su sede social compartir charla con algunos componentes a la vez que saboreaba un delicioso caldito de “fulas”…

Cita el antropólogo social Alberto Galván, en su valiosa publicación “Las Fiestas populares canarias”: “Yo diría que hemos pasado de rituales de fecundidad a rituales de inversión del campo a la ciudad. En los dos, ambos elementos coexisten pero en unos se privilegia un aspecto; en los otros, otro. Los primeros están bellamente representados en las islas de La Palma, Lanzarote y el Hierro.

Ante todo un fenómeno digno de destacar “las puertas abiertas”. Las máscaras individuales o en grupos, tanto en el campo como en la ciudad, eran invitadas a entrar en las casas y probar vinos, mistelas, torrijas y otros productos propios de la fecha. Se trata de una costumbre de las fiestas en general, de la hospitalidad canaria en particular. Pero en lo carnavales toma un significado más amplio, siendo la ocasión de establecer, en el marco de una reciprocidad mutua, una fuerte integración social donde domina la ambigüedad, la broma y la comunicación generalizada. Esta conducta sigue manteniéndose en el campo y casi ha desaparecido en la ciudad, donde el espectáculo y la participación tiene un carácter más bien público, callejero”…

Los buches, es el nombre que reciben de la vejigas de grandes peces ruines que, una vez capturados en la faena de pesca, le extraen, los preparan dejándole un pequeño agujero para tras inflarlas embadurnarla de aceite para que no se cuarteen… Las traían los pescadores, cuando finalizaban las faenas de pesca en alta mar, en los meses de febrero, fecha coincidente con los carnavales. El lanzaroteño, tiene honda tradición pesquera. Muchos, se establecieron en la vecina costa africana y llegaron a establecerse hasta en numero de varios miles. Incluso, algunos, en esas largas estancias de pesquería, alumbraron a sus hijos. Con esos buches, los componentes de la parranda marinera, golpean graciosamente a cuantos se cruzan en su camino al igual que sucede con “Diabletes” y “Carneros”, que fustigan a los transeúntes en ritual de virilidad o fecundación.

Los ropajes que lucen los danzantes corresponden a la vestimenta típica del campesino lanzaroteño. Montera que en la parte delantera, a modo de visera, va armoniosamente engalanada con lentejuelas y prendas. El rostro, oculto tras una máscara de tupida tela metálica en la que se dibuja cejas, ojos, nariz, boca y largos bigotes. Cuelgan desde sus hombros, numerosas cintas de colores. Su cuello luce anudado pañuelo similar al de los Ranchos. Chaleco, faja, blancos guantes, calzón blanco y pompones y zapatillas de tela que han sustituido a las tradicionales zoletas…

Como instrumentos musicales sobresalen el “forito” o acordeón de botones y el distinguido trino del pito-pájaro. Su repertorio musical es amplio: Isas, habaneras, valses…

El Carnaval de Lanzarote, recibe el toque de distinción con la parranda de Los Buches. Algunos apuntes señalan que en 1.880 ya se tenían noticias de la existencia de los buches. Allá, por los años 1.936 por motivos de fuerza mayor (la Guerra Civil), cesó no solo la actividad de los buches, también los carnavales. En 1.963, los Buches, recuperan la actividad.

En cierta ocasión, allá por los años 70, tuve ocasión, con motivo de la grabación del programa “El Pueblo Canta”, de Televisión Española en Canarias, hablé con algunos de los componentes. Me relataron esos encuentros en “las cuatro Esquina” y donde escondían el “buche de defensa” para repeler algunas agresiones… Ya lo señala el dicho popular: “una fiesta sin pleito, no es fiesta”.

Quizás, en los temas Querida Lola, Paseíto de don Tomás o la Batea del gofio que aquí reproducimos, se entienda mejor lo que significan los buches y la valiosa contribución a nuestro folclore…


Batea del Gofio

Mi primo el de Basilisa
Con el cuerpo "engarugao"
Pa'correr los carnavales
De la costa ha llegao

De la costa ha llegao
De la costa ha llegao
Mi primo el de Basilisa
Con el cuerpo "engarugao"

La batea'el gofio
Yo la traigo aquí
El que quiera gofio
Me lo pide a mí

Me lo pide a mí
Me lo pide a mí
La batea'el gofio
Yo la traigo aquí

Desde que llega febrero
Los marinos van llegando
Y para los carnavales
Los buches se van hinchando

Los buches se van hinchando
Los buches se van hinchando
Desde que llega febrero
Los marinos van llegando

La batea...

Pleitos en las cuatro esquinas
La salsa del carnaval
Ya se oyen los buchazos
Por todita la "suidad"

Por todita la "suidad"
Por todita la "suidad"
Pleitos en las cuatro esquinas
La salsa del carnaval

La batea…

Ya se van los carnavales
Cosa buena poco dura
Pa'l año que viene vuelvo
A calmar mis "jodeduras"

A calmar mis "jodeduras”
A calmar mis "jodeduras"
Ya se van los carnavales
Cosa buena poco dura

La batea...

La batea'el gofio
Yo la traigo aquí
El que quiera gofio
Me lo pide a mí

Me lo pide a mí
Me lo pide a mí
La batea'el gofio
Yo la traigo aquí
ALFREDO AYALA OJEDA

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