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viernes, 27 de agosto de 2010

* SÍMBOLOS ISLEÑOS

LA SEDA PALMERA

La seda, el secreto mejor guardado de la China Imperial, salió de Oriente envolviendo el enamorado corazón de una princesa. Otros señalan que salió de China, en la empuñadora del bastón de un monje. De una manera u otra, llegó a la isla de la Palma, al poco de la conquista y hasta nuestros días sigue teniendo vigencia sus apreciados trabajos artesanales.
Morales, Gusanos, capullos, devanaderas, viejos y crujientes telares, han llenado de caricias y ternura tan delicada labor que, generación tras generación, ha ido ganado en el transcurso del tiempo, suavidad, dulzura y delicadeza.
Las sederas de la isla de La Palma, han dedicado todo su tiempo y sabiduría a los muchos y complicados pasos que requiere la fabricación artesanal de la seda... Una seda de bendición de tenues roces, de cálida textura y sutil suavidad.
Lino, lana y seda, mantuvieron en activo en la isla a mas de tres mil telares.

LA COPLA Y EL VINO
Las tierras tinerfeñas son fecundas en olorosos y sabrosísimos vinos; vinos de gustos afrutados, con tonos rojos y ocres, vinos nacidos en las vetas lávicas del Teide. Savia fecunda y dulce de una tierra amada por sus gentes.
Lagares labrados en el corazón de piedras vivas. Lagares por dónde corren cada otoño, rojizos regueros de negramol o listan negro; dorados malvasias, verdellos o moscateles, mientras en la cercana bodega, ruge el mosto y al calorcito de un vaso de vino de la tierra resuena la copla y se eleva la brisa de la emoción con el estribillo sabandeño que dice: 

Vino blanco, vino tinto
malvasía de El Baldío
los mostos de Taganana
quitan magua y quitan frío...

O esta otra copla cuya autoría corresponde al desaparecido Mencey del canto, Dacio Ferrera:
Somos amigos completos
en alegre reunión
bebemos vasos de vino
vino de bendición.

LA SAL

A lo largo de la historia, detentar la sal era símbolo de poder. Al amparo de la sal, grandes civilizaciones se construyeron.
Mar, viento, tierra y sol debio ordenar y domar el hombre para lograr la sal. En Lanzarote, con titánico esfuerzo, el salinero transformó el borde de la isla, adecuando veriles a sus necesidades. Lajiales y barranqueras se convirtieron en cocederos, tarjeas, caños y tajos...
La abundante pesca y posterior salazón afloró un negocio próspero en la isla. Luego, andando el tiempo, con la llegada de otro cultivo, el turismo, las salinas desaparecieron para dar paso a impresionantes hoteles, apartamentos, piscinas o breves playas. El turismo, como la sal, busca sol, mar, brisa y paz.

QUESO DE FLOR
Una flor humilde y abundante en la zona del noroeste de la isla de Gran Canaria, marca la diferencia entre la extensa y riquísima variedad de quesos existentes en todo el Archipiélago. Son quesos de muy distintos sabores y de texturas inigualables. En Fuerteventura, las constantes idas y venidas de los isleños al soco del pujante negocio de tomate y plátano implantó la costumbre de traerse desde tierras inglesas o holandesas algún ejemplar caprino que a base de cruces, de tiempo y de trabajo, dio paso a una cabra de tremenda rusticidad y leche de calidad. El queso majorero, es muy apreciado dentro y fuera de nuestras fronteras... Sin embargo, el queso de flor de la zona de medianías de Gran Canaria, es la joya artesanal del archipiélago. Las violáceas flores de cardo manso recogidas en Junio y Julio, sirven de cuajo para leches de oveja y vaca que expertas manos campesinas, en la intimidad de sus casas elaboran.
Hoy, después de muchos años de lucha, tiene denominación de origen y en las tierras altas de Santa María de Guía, está reciente la inauguración de la Casa del Queso. Aquí el visitante no solo puede tener los conocimientos de como se produce el queso y de su historia; también puede adquirirlo y degustarlo.

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