
En aquellos tiempos había una serie de marcas de vinos fabricados en Las Palmas, los cuales eran mezclados con otros procedentes de la península, tales como “El Chogo”, “Sanivo”, “P´al Pino” y muchos más, cuyo valor enológico era irrelevante, ya que solían generalmente ser vinos blancos. Cenobito, cuando salía de trabajar del ayuntamiento, acostumbraba a tomarse un aperitivo y solía hacerlo en La Golosina, la tienda que Isidro Pérez tenía en la Plaza Chica. Sin embargo, un día que nuestro personaje le pidió a Blas (hijo de Isidrito) un vaso de vino, éste le preguntó: “¿Don Cenobio se lo sirvo de la marca P´al Pino?” y Cenobito, muy alterado e iracundo, le contestó textualmente: “Pal Pino no, p´al coño de tu madre”, y se marchó sin tomarse el aperitivo.
Estimo que esta es una anécdota graciosa y simpática de Cenobio García, persona que nos tenía acostumbrado a estas salidas de tono, ya que el gracejo que le revestía era extraordinario. Verlo encima de un escenario -me contaba mi padre- era todo un poema ya que la gracia que emanaba de él era como un pozo sin fin, chistoso, ocurrente y los papeles que desarrollaba en las obras de teatro que hacía solían tener estas connotaciones, aunque también se atreviera con actuaciones de más enjundia e, incluso, con dramas. Cenobio García fue un hombre extrovertido pero muy enemigo de las injusticias y, como tal, se comportó toda su vida.
Muy graciosa la anecdota de Cenobito.Sr.Dávila,me acaba usted de sacar una carcajada.
ResponderEliminarMuchas gracias,y saludos