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jueves, 31 de octubre de 2013

* ALGUNOS APUNTES SOBRE LOS FINAOS

Afortunadamente, debemos sentirnos satisfechos por la recuperación de “la noche de los finaos”. Una tradición casi perdida que, en distintos municipios, empieza a gozar de buena salud. A este blog de etnografiayfolclore.org  que dirige Lydia Díaz, nos llegan informaciones de  distintos zonas del archipiélago: Arucas, Las Palmas, San Mateo, Valsequillo, Teror, San Fernando, Ingenio, Agüimes y  distintas islas…

Yo, he tenido la fortuna de vivirlas en distintos puntos de nuestro Archipiélago.  Desde pequeño, haciendo justicia al refrán “de mosquito pa´rriba, todo es cacería”, -tiempos en que a nada se le hacía asco y todo te sabía a bendición-, andabas por ahí por descampados buscando alguna almendra, algún tuno, higo, támbara, papayo, tomate o llegado el tiempo, las castañas. Distaban mucho aquellos chiquillos de la España de alpargata, la misma alpargata con la que tus padres te castigaban para irte “enderechando”, decían. Eran tiempos de penurias y estrecheces… de ordeno y mando.

Recuerdo los esfuerzos de un puñado de amigos, entre ellos Sergio Correa, que en la zona de Vegueta, intentó, con resultado positivo popularizar un encuentro tradicional en torno a los finaos. Sergio, era incansable y muchas veces me invitó a otra noche en San Mateo, a vivir con intensidad el jolgorio folclórico que se arma de medianoche pa´l día en la zona cuando llega la noche de finaos…
   
Los viejos castañeros, en la zona de Las Lagunetas, cuando llegaba el otoño, empezaban a desprenderse de esos erizos que custodiaban las castañas. Alegres, los niños –y no tan niños- buscaban por los alrededores y con cuidado, con guantes o sin ellos, finchaban o pisaban los erizos para que soltaran las castañas. Después, en casa, en reunión, el asadero… En torno a la lumbre, contábamos historias, sucedidos en los que algún familiar, vecino, amigo o conocido se convertía protagonista…

Recuerdo que a los críos, le gustaba que les contara aquellas hazañas de un luchador de leyenda: José Rodríguez Franco “El Faro de Maspalomas”, el hombre que popularizó el “Levantamiento del Arado”… Gustaba a la gente menuda aquella historia de “cuando el Faro mató un toro de una trompá…” O el encuentro, -nunca celebrado-, de lucha libre entre Yus “Pecho de Lobo” y el Faro…

También salpicaba, siempre en torno a la Lucha Canaria, aquellas mujeres que salieron en el terrero de la intimidad o camufladas en medios del festejo, a dar alguna lección a famosos luchadores o el Canónigo López que, enamorado de nuestra vieja lucha canaria, celebraba sus “desafíos” con famosos luchadores en la más absoluta intimidad…

Otras veces, les hablaba de  “La Perra Chona” o del famoso luchador el “Pollo de la Angostura”… Y hasta en ocasiones, me metía en algunas historias de boxeadores, que escribieron con letras de oro, páginas de nuestra historia… Mientras las castañas, con  las brasas se iban poniendo a tono…

También en El Hierro, con Benito Padrón, en “la Casa del Miedo”, Benito contaba historia mientras en un rincón de su vivienda sonaba el pito y el tambor… Benito, con pasión, fue testigo ocasional de aquel célebre encuentro en que, ya entrado en años, Ramón Méndez, quitándose la chaqueta, salió  al terrero dispuesto a vengar la derrota de su pariente…

Hoy, la Noche de finaos, ha traspasado la intimidad de los hogares. Pero es bueno recordar que en los viejos tiempos, la familia se reunía y el más anciano o anciana relataba historias, cuentos, vivencias o anécdotas de algún familiar. Hoy, como en todo, la fiesta íntima ha traspasado el umbral familiar y en cada municipio se celebran actos multitudinarios, festivos o folclóricos.

Y esta noche toca recordar a nuestros difuntos y disfrutar hasta que el cuerpo aguante. 

ALFREDO AYALA OJEDA

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