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viernes, 6 de enero de 2012

* “EL PALMERO”, CAMPEÓN INDISCUTIBLE

Hablar del genial Alfredo Martín “El Palmero” es empezar y no acabar. Siempre dispuesto a darlo todo sobre el terrero. A dejarse la piel armando lucha o defendiéndose. Quizás para la gente nueva, parezca sorprendente que un hombre con 85 kilos se convirtiera en campeonísimo indiscutible. Pero Alfredo suplía el peso con la destreza, con el arte, con el “geito” permitiéndole ser un luchador completo en ataque y en defensa. Hijo del destacado luchador Eustaquio y hermano de otros notables de la lucha: Juan Primera, Luciano y Apolonio, de raza le venía al galgo.

Alfredo Martín “el Palmero”, nació en Güimar, Tenerife, dio sus primeros pasos en La Palma, destacó en Lanzarote y se doctoró en Gran Canaria. A la temprana edad de 14 años empezó su actividad luchística y a los 15, ingresó en un equipo de La Palma que capitaneaba su hermano Juan Primera. Comenzó a llamar la atención de los aficionados en Lanzarote a donde acudió a cumplir el servicio Militar. Allí se enroló en el Tao y, cuentan las crónicas que, una de esas tardes, él solito, hizo una sonada ”barrida”, derribando a todo el equipo contrario. Más tarde, fichó por el Adargoma. Eran tiempos en que La lucha pasaba por unos momentos de decadencia y el Palmero poco a poco, con su arte, con sus actuaciones en el viejo Campo España, volvió a reavivar la llama de la pasión por la Lucha Canaria.

En tertulias en plazas, barberías o cafetines, se comentaban tarde tras tarde, las genialidades del luchador de moda. Su indomable fiereza, su improvisación y su elegancia no pasan desapercibida para poetas, escritores, escultores, músicos o compositores. Su envidiable y atlética figura llamó la atención del escultor A. Cárdenes que le invitó a posar como modelo para, modelar la estatua de caudillo aborigen Doramas, obra que estuvo ubicada, durante años, en el populoso barrio de Escaleritas, en el Parque Hermanos Millares. Yo la última vez que vi esta obra, con un pie roto, fue en la antigua instalación de Parque y Talleres Municipales, donde hoy se alza el Real Club Náutico. Recuerdo incluso que, durante mucho tiempo, para un programa de lucha de TVE, solicité información al Ayuntamiento de Las Palmas, pero no hubo forma de dar con su paradero.

También, en la parte alta del terrero de López Socas, en la Plaza de los Juegos Olímpicos, está situada “La Levantada”, obra del escultor canario Santiago Vargas. Se dice, aunque no he podido comprobar la información, que es El Palmero quien inicia “la levantada” y su oponente, el veterano José Pulido “Camurrita”. También participó en la película Tirma, junto a la bellísima Silvana Pampanini.

Hubo en la capital Gran Canaria, un famoso pelotari de nombre Mario. En Las Palmas de Gran Canaria, existía notable afición a este deporte vasco. Los encuentros, se celebraban en el Frontón, situado frente al Banco de España, a comienzos de la calle León y Castillo. Hago esta introducción lejana en el tiempo, para que puedan entender los versos que Víctor Doreste, le dedicó al genial luchador:

“DE LA MAR EL MERO”

Y DE LA TIERRA… “EL PALMERO”

DICEN QUE LA PALMA GRANDE

HAY QUE DARLE POR EL TRONCO.

YO DIGO QUE LA PEQUEÑA

HAY QUE COGERLE EL COGOLLO.

Y ES EL CASO DEL “PALMERO”

QUE ES UNA PALMA PEQUEÑA;

PERO PALMA QUE SE EMPEÑA;

EN EMPALMAR EL PRIMERO.

LO MISMO LE DA TUMBAR

A UN HOMBRE QUE TIENE MURRIA

QUE A UN OPTIMISTA CUALQUIERA

COMO MARRERO O CAMURRIA.

SIEMPRE HE OIDO YO DECIR

QUE “DE LA TIERRA EL CARNERO”

Y QUE “DE LA MAR EL MERO”.

BASTA SOLO AÑADIR

QUE EN EL FRONTÓN ES EL MARIO

Y EN LA LUCHA ES EL PALMERO.

 
Quedan en mi tintero amplísima documentación sobre Alfredo Martín Acosta “El Palmero”, pero prefiero dejarlo para otra oportunidad.

ALFREDO AYALA OJEDA

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