Se acabaron los ensayos, las probaturas… Llegó la hora de la verdad, La hora de amargura y satisfacciones. La hora de mi equipo amarillo… La hora en que se decide el todo o nada…
Nacía ayer, un nuevo proyecto… Brotaba entre la afición renovada ilusión… Los aficionados, ante el Atlético de Madrid, a pesar de la derrota, salieron satisfechos de estadio Gran Canaria y se apresuró para sacar sus localidades para el encuentro ante el Coruña. Todo parecía guionado: Tenemos un equipo nuevo, cohesionado, una afición de primera y nos enfrentábamos a un Coruña que, entendía, estaba dando la boquiá, con múltiples problemas económicos que hicieron tambalear su existencia.
Pero se cambiaron las tornas. Las Palmas, pudo salir goleada a no ser por las fenomenales paradas de Barbosa. Y se repitió la historia. Barbosa, en una de esas salidas, en estrepitoso fallo, cantó y el Coruña, con merecimiento, con ese solitario gol se llevaba la victoria… Aquellos minutos iniciales con circulación de balón y autoridad amarilla, se fue desvaneciendo y las cañas se volvieron lanzas. Era, como querer y no poder
La puesta en escena del equipo amarillo distó mucho de los encuentros de pretemporada. La liga es lucha y, también un deporte colectivo donde todos tienen que unir esfuerzos para lograr el objetivo de estar entre los grandes. Lo peor del partido es que continuamos protestando las decisiones arbitrales… Que nos cargamos de tarjetas y que este primer compás tenemos a un hombre lesionado y otro expulsado. Los nervios, hay que dejarlos en la caseta. Las protestas, también…
De todas formas esto no ha hecho nada más que empezar. El proyecto, sigue en pie. Las ilusiones intactas. Hoy, más que nunca, entristecido por el revés del primer partido, amarillo es mi color… Ya lo dice la copla:
NI CONTIGO NI SIN TI
TIENEN MIS MALES REMEDIOS
CONTIGO, PORQUE ME MATAS
SIN TI, PORQUE ME MUERO.
¡¡ARRIBA DE´LLOS!!
ALFREDO AYALA OJEDA
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