De aquellos grandes
perros adiestrados para atacar, que llegaron a las islas acompañando a los
ejércitos de la empresa conquistadora de Canarias y los que posteriormente
trajeron los colonos para defensa de propiedades hombres y ganado, queda el
lejano recuerdo.
Concluida la conquista, el perro de presa prosperó rápidamente en las
islas. Fueron las cruentas peleas en apuestas o en defensa del mal llamado orgullo
de su dueño, la razón fundamental para poder justificar su existencia.
Una acertada decisión parlamentaria que se remonta a algo más de dos
décadas, las peleas de perros fueron severamente prohibidas pasando del
esplendor al casi olvido. La prohibición fue dejando atrás aquellos duros
entrenos al que eran sometidos los fieles cánidos. Yo, recuerdo, para la serie
“Senderos Isleños”, haber grabado para Televisión Española, imágenes que se
guardan en los archivos: nadar, arrastrar pesos, repetitivos saltos para atrapar
un gato preso en un saco que pendía del techo y se bajaba o subía a conveniencia,
largas carreras y pechadas, en ocultos rincones de la profunda Gran Canaria.
También visité antiguos lugares donde se celebraban las peleas que se
anunciaban cómo un número más de los festejos. Hablé a lo largo y ancho de
nuestro archipiélago con propietarios dedicados a la cría de Perros de presa y
escuché historias de cruentas peleas, de
enfrentamientos simplemente para saber quién era el mejor.
Con la prohibición en vigor, afortunadamente, los viejos perreros empezaron
a cambiar los hábitos heredados.
Hoy, las mentalidades están en otros rumbos y las peleas de perros, -
aunque he tenido noticias en enfrentamientos clandestinos – pertenecen al
acervo histórico de la Canaria profunda…
Siempre he sentido admiración y hasta profunda devoción por estos
poderosos animales. Y es curioso que hoy, que tengo tiempo y ganas, no cuente
con un lugar adecuado para que un perro de presa disfrute del espacio que
necesita. Me conformo, para matar el gusanillo, con ver crecer dos hembras de
presa que tiene mi cuñado Tenesor: (Tirma, atigrada y Tara, de negro manto).
También, suelo acudir a las distintas exposiciones donde se ofrece a los
asistentes unos ejemplares educados, dóciles, fieles que poco a poco van
separándose de su atormentado pasado.
Hace unos días, de regreso de un reparador remojón en el Portillo, nos
disponíamos a almorzar en la zona. Iba, como siempre, en compañía de mi mujer
Lydia y de unos amigos de la península. Nos dirigíamos al restaurante “Los Pescaditos”,
cuando a la fresca sombra de un breve puente un joven se entretenía con el
móvil y a su lado, tumbado a “la bartola”, descansaba, plácidamente, su perro
de presa. Detuvimos el camino y lo observamos detenidamente… Le hablé a mis
acompañantes de los perros de presa… De su valía… De pronto, mi amigo se
dirigió al dueño: ¿puedo tocarlo…? muerde…? y el joven, con firmeza le
respondió: sí claro, no hace nada… es un perro muy sociable a pesar de su
aspecto… Los perros, siempre responden a la educación y trato que le de su
propietario… Mi amigo lo acarició, aguantó sus repetidos lametones y hasta tuvo
la osadía de abrirle el belfo para observar sus colmillos…
Continuamos el camino. Seguimos hablando de los perros de presa... El
Presa Canario, es un animal noble. Invita a la confusión porque cuando se habla
de agresiones “un perro de presa atacó”, se meten todos en el mismo saco…
Pitbull, Rottwailler, Bull Terrier, etc. Lo cierto es que el presa canario posee
unas cualidades admirables. Es un animal valiente y tierno con los suyos,
quizás distante en el trato, pero celoso en la guarda y custodia de su
territorio…
Hoy, alejado del circo de las peleas, se han levantado voces y creado
asociaciones para evitar el escándalo que supondría la desaparición de uno de
los símbolos canarios. El presa canario, actualmente está arropado incluso por
quienes no pertenecen a este mundillo. Y puedo decirte con rotundidad que el
perro de presa es un animal no solo admirado. También codiciado por todos.
Al día siguiente le indiqué que había una exhibición/exposición de
distintos perros de canarias: “El Lobito herreño”, “Podencos”, “Garafianos”,
“Majoreros” y “Presa Canario” y hasta Santa María de Guía, en Gran Canaria, nos
encaminamos para disfrutar, perdonénme la broma, de “Un día de Perros”…
ALFREDO AYALA OJEDA
ALFREDO AYALA OJEDA
CUANTA RAZON CRISTIANO EN CASA TENÍAMOS DOS PERROS, UNO ERA ZATO SE LLAMABA MAJAN JEJE ESTABA ATADO MORDÍA A TODO LO QUE SE MENIARA, Y PRESTAO ASÍ SE LLAMABA EL PRESA CANARIO QUE ESTABA SUELTO EN LA FINCA,ERA UN CACHITO DE PAN JAJA NO MORDÍA ESO SI CUIDABA MUY BIEN LA CASA Y ALREDEDORES ,LADRANDO INTIMIDABA Y AL TIEMPO DABA LA ALARMA PARA QUE SALIERAMOS A MIRAR QUIEN ESTABA GOLIFIANDO. RECUERDO COMO LE PONÍA LA CHUPA A MI HERMANO CUANDO LO DEJABAN EN EL CAJÓN "CUNA PARQUE CANARIA"
ResponderEliminarAlfredo,precioso artículo sobre el perro de Presa Canario. Conozco a Tirma y a Tara, es reconfortante estar acompañadas por ellas,son nobles y cariñosas. Muy agradecidas al recibir mis caricias,en todo momento estan mirando lo que hago, cuando llevo un rato que no les digo alguna palabra cariñosa dedicada a ellas, se lamentan con un suave gemido para llamar mi atención. Con tu permiso Alfredo, le voy a hacer una pregunta a Tenesor. ¿Donde está el buen gofio que con tanto esmero planto el millo,tuesto y llevo al molino para el consumo familiar? Tenesor, me contesta que "Tirma y Tara tambien son de la familia" Muchas gracias Alfredo.
ResponderEliminarjajaja. Pues algo de gofio habrán comido. Como bien dices mami, ellas son parte de la familia y se merecían ese gofito, que con tanto cariño hiciste, y si no, míralas, lo fuertes y hermosas que están. Alfredo, vete buscando un huequito que dentro de poco, si todo sale bien, Tirma será mamá. Ahh!! un besote enorme, para mi guapa hermana Lydia.
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