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viernes, 30 de octubre de 2015

* SAN SIMÓN, PEQUEÑITO Y BARBUDITO…

Guardo celosamente el grato recuerdo de distintas ocasiones en que disfruté de las fiestas de San Simón, en Sabinosa, isla de El Hierro. Quizás por ello, cuando se acerca el final del mes de octubre me pongo como una moto, buscando la manera de vivirlas y disfrutarlas una vez más… 


Para quienes no conozcan estas fiestas solamente diré que “San Simón”, es la más intensa y entrañable de cuantas he conocido. Otras quizás son más sofisticadas, más conocidas o más divertidas, pero San Simón no. San Simón, mantiene su pureza… 

Yo la conocí cierto día que, casi sin proponérmelo, recalé por Sabinosa con la intención de localizar información sobre otros programas etnográficos que estaba ultimando: “El pastor y su mundo”, “Las cabañuelas de San Simón” y “Pescar morena mediante el canto”… Acudí a finales de octubre a la casa de Juan y María, dos sensacionales intérpretes del folclore en su apartado de “Cantos de Trabajo”…

Tras la larga y sabrosa charla doña María León me despidió con una velada invitación: ¿Vendrás a las fiestas? Y Juan Pérez, sentenció: “para las fiestas, todo el mundo está invitado, pero aquí no se invita a nadie”... Y como quiera que a todas las fiestas me gusta ir documentado, pues empecé a buscar conversaciones, noticias, libros, que hoy voy a intentar contar para conocimiento generalizado:

Comentaba los viejitos del lugar que hoy la fiesta se ha ido adecuando a los tiempos. Ha cambiado. A mediados del siglo pasado, los hombres eran los componentes de la parranda. Antiguamente, era un desafío oral aunque el protagonismo lo tuviera el tambor herreño. Pero había numerosos repentistas de renombre, interpretando una de las joyas herreñas que ya están en desuso: La Meda. La Meda, es uno de los cantos más originales del repertorio folclórico de la isla de El Hierro y que según apostilla Elfidio Alonso, cuenta aún con cierta vigencia en las faenas agrícolas. La última vez que presencié una meda fue en medio de las fiestas de la Cruces… Recordaba, una vieja conversación con el profesor Lorenzo Perera, en la cual, me comentó que cuando llegaron los indianos cubanos allá por los años 20 se fundaron casinos y se introdujo el gusto por los bailes de cuerda… Esas modas determinaron que los géneros folclóricos de siempre entrarán en retroceso…

Hoy, en Sabinosa, la parranda es numerosa y participan tanto hombres como mujeres.

La fiesta comienza en el Casino. Allí se baila y se canta. Solían ser los solistas los mismos que bailaban y el micro recorría el breve salón de punta a punta y de mano en mano, requerido por los danzantes que lo solicitaba… Y a la hora convenida, desde el escenario se avisa a la concurrencia: “Nos vamos de parranda. Si gusta acompañarnos, sígannos” y canturreando, tocando, bailando, la parranda abandona el Casino y se dirige a la primera casa del pueblo. Dicta la tradición que se dé a probar el vino nuevo y se entregue a los componentes de la parranda algún queso, morena jareada, mojo… El ritual, continúa de una punta a otra del pueblo…

Después, solía ser tradicional acudir a visitar a Vicente Hernández, hombre de amplio repertorio folclórico y que sea él quien inicie la meda… Así se continúa hasta el alba, donde en la plaza se preparan unas milanas y un buen fuego de horno para ir preparando, a modo de desayuno, un tentempié reparador de fuerzas… A eso de mediodía, se acude a misa. Sudor, fervor, los bailarines, danzando sin parar, entran en la iglesia para pedir la venia y sacar al santo en procesión por las pinas calles de Sabinosa, que terminan con un festival folclórico con grupos o solistas de renombre y una comida a base de papas y carne de cordero…

Ya lo saben en El Hierro, este fin de semana tienen una cita con la más auténtica de las tradiciones.

ALFREDO AYALA OJEDA

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