Desde hace muchos años el punto de encuentro con nuestras señas de identidad, es la Plaza de Santiago, de la ciudad de los Caballeros de Gáldar. La plaza de Santiago, es para mí, la plaza de imborrables recuerdos infantiles, cuando mi madre, Solita Ojeda, nos traía en el coche de hora, “endomingaditos”, para visitar a familiares y amigos.
Es la Plaza de Santiago donde jovencito mociaba, girando en sentido de las agujas del reloj mientras las muchachitas, lo hacían en sentido contrario, buscando esas miradas cómplices que dieran pié al acercamiento... La Plaza de Santiago, era por aquellos tiempos como la noria de la vida…
Gáldar, esquina norteña de nuestra redonda isla de Gran Canaria, guarda para mí, imborrables recuerdos luchísticos, conversaciones con el mejor luchador del archipiélago Domingo Mederos, el campeonísimo “Pollo de Gáldar”, con el mítico maestro Vicente Román, la dinastía de “Los Molinas”, aquéllas luchadas, en la calle Capital Quesada, con disputa del título entre el coloso Abel Cárdenes y Alfredo Martín “El Palmero”,… Recuerdos de Peleas de Carneros, de fiestas y romerías, de exposiciones de ganado…
De coplas, de Juan Quintana “El Claca”, de la dulzura de Marinati Saavedra, de la desgarrada voz de Carmen Estévez, del impacto de aquella histórica agrupación de “Los viejos de Gáldar”, de los Sorondongos de José María Gil, con el que compartí jornada de moliendas en San Bartolomé, donde nos cantó para el programa “El Pueblo Canta”, alguna de sus creaciones…
Quizás por eso y por el aprecio que le tengo a Humberto Bolaños, presidente del grupo “Surco y Arado”, acepté, junto a mi futura mujer Lydia Díaz, el encargo de presentar, en la emblemática Plaza de Santiago, el festival folclórico “Fiestas de Santiago”.
Fue un encuentro con los recuerdos de ayer y la música y la danza de hoy. Un encuentro con amigos que se subían al escenario para mostrarnos la riqueza de su vestuario, la calidad de nuestros bailes y la música de la tierra.
Previamente disfrutamos de una caminata parrandera por la calle larga con la participación, perfectamente ataviados, de los grupos de Santa Brígida y Surco y Arado, al que sumó, por eso de las comunicaciones, el extraordinario grupo "Los Menceyes de Daute", de Isla Baja, Tenerife.
En la fachada de la Iglesia de Santiago, se procedió a la entrega de distinciones. Una feliz iniciativa. Los tres grupos, brindaron, con una plaza repleta de público, una impecable actuación, ofreciendo un amplio recorrido musical por el archipiélago.
Excelente la organización que cumplió a rajatabla con el horario previsto. Y desde aquí nuestro agradecimiento por ofrecernos la oportunidad de compartir y aportar nuestro granito de arena por nuestra cultura folclórica.
ALFREDO AYALA OJEDA
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