Gofiones, Sabandeños y un puñado de grupos a partir de mediados de los sesenta, trazaron el camino para recuperar nuestro folclore. Poco a poco, desde distintos puntos de nuestra geografía, se fueron sumando poetas, voces e intérpretes y los aires de la tierras se rejuvenecieron. Tal es el caso del amigo recientemente fallecido Tomás Orihuela, que, en su ciudad de nacimiento, Gáldar, empezó a dar sus primeros pasos en el Orfeón Cardenal Cisneros y más tarde, a mediados de los 60 formó parte de la recién fundada Coral Polifónica de Las Palmas. Poco a poco, cerrando etapas, allá por 1.991 se enroló en el grupo Los Gofiones, donde permaneció durante unos 25 años.
Tomás Orihuela, de trato exquisito y amigo de ley, me sorprendió con sus dotes de reportero en aquella aventura gofiona que se tituló Crónica de la música Popular.
Descansa en Paz querido amigo.
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