Haciendo un sano ejercicio de aproximación a tiempos idos, recuerdo, con la vuelta de Tenderete (1.998), tras un largo sueño que se prolongó durante 14 años, me viene a la memoria aquella noche, en que Davinia Rodríguez, una voz joven, nueva, debutaba en el programa con sus isas, folias y malagueñas. No pasó inadvertido su magisterio. Ella, venía de Moya, la tierra de Tomás Morales y haciendo honor a la verdad, Davinia Rodríguez, con su voz, con su sentimiento, conquistó los corazones de cuantos tuvimos ocasión de escucharla. Ella, niñita de buen ver, en su tierna adolescencia ya había debutado con su grupo “Candelas del Atlántico”… Contaba por ese entonces con 14 añitos.
Llegó a Tenderete con 18 años y fue, para el gran público, un auténtico descubrimiento. Más tarde, en otro programa que dirigí, “La Bodega de Julián”, tuve la satisfacción de volverme a encontrar con ella. Y más tarde, con el genial acordeonista Miguel Afonso volvió a recalar por el programa… La recuerdo allí, cantando temas compuestos por Miguel y en el ensayo, calentando, se arrancó con un fado para disfrute de cuantos estábamos presente.
Davinia, por aquel entonces, estaba residiendo en Madrid, cursando estudios de canto, en la Escuela Reina Sofía, en clases impartidas por Teresa Berganza. “Fue, duro. Era trabajo sobre trabajo, pero estoy muy ilusionada”, me dijo.
Al año siguiente, volvió a La Bodega de Julián, como invitada a un encuentro de solistas femeninas. Era mi intención, reunir al mayor número de intérpretes de folías para un programa especial donde el gran público pudiera oír y comparar estilos, matices, giros de nuestras féminas… En esta ocasión, Davinia Rodríguez, como hacen las divas, cantó dos coplas: folías y Malagueñas y se excusó porque tenía otros compromisos que atender.
Los programas que he dirigido siempre, siempre, me he frotado las manos de satisfacción, cuando logro que asista a plató solistas de nivel que brillan en el bel canto. Voces distinguidas que hondean nuestra bandera cuando se suben y triunfan en distintos escenarios del mundo. A veces, con críticas de la audiencia por incluirlos en un espacio que trata de música folclórica o popular. Pero los he invitado para que el pueblo llano los conozca y disfrute del arte y el trabajo de nuestra gente en el campo de la lírica: Pacuco Navarro, Betancor, Orlando Niz, Juanma Padrón, Pancho Corujo, Elisandra Pérez, Federico Santana, Sergio Cabrea, Ciro Corujo y otros muchos…
Hoy, me he llevado una grata satisfacción por mi admirada amiga Davinia Rodríguez, de Moya ella, que interpretó de Giuseppe Verdi una de sus obras junto a nada más y nada menos que Plácido Domingo, en Viena.
Y estoy feliz porque cualquier éxito de un hombre o una mujer de mi tierra lo celebro y disfruto como propio.
ALFREDO AYALA OJEDA
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