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lunes, 27 de febrero de 2017

* PINCELADAS Y RECUERDOS V





A don Benito Padrón...

Desde que lo conocí, a mediados de los setenta, nunca falté a la cita con el amigo y maestro don Benito Padrón. Cada vez que recalaba por la isla de El Hierro, la primera visita estaba comprometida con el amigo Benito. Allí, en la casa del miedo, sentados hablábamos de su trabajo, de su experiencia, de folclore, de lucha, de cuervos parlanchines, de su virgencita de los Reyes, del vino de pata, del grupo Tejeguate y de los Carneros de Tigaday. ¡En fin!, de tantas cosas, costumbres y tradiciones que estoy más que convencido que para conocer la isla del Hierro, había que conversar con Benito Padrón. Un hombre de punto, preciso en sus comentarios: una auténtica enciclopedia...

Foto: Benito Padrón y Alfredo Ayala

Muchas veces coincidimos con otros folcloristas ya desaparecidos como Cecilio Quintero que me hizo una demostración del baile del tango, de Gregorio Padrón, folclorista de punto que cautivaba con el pito, de María Armas y María Barbuzano, de Clorindo inquieto como una libélula, de Fernandito Padrón, repentista de fábula en el ya casi testimonial canto de la Meda... De Carmen, que lo mismo hacía un canto de trabajo, que salía a la orilla de la marea a pescar morenas mediante el canto. “Joo, morenita jooooo”, acompaña de don Rafael, pescador del ley...

Benito era hombre de temperamento. Fiel y estricto con la tradición. Todavía resuenan en mis oídos el día que quisieron dejar al margen la salida de “los Carneros de Tigaday”... Menudo berrinche agarró hasta que consiguió dejar las cosas en sus sitio. Benito, fue un hombre bueno y una figura distinguida en el folclore de la isla. Él fue depositario de conocimientos que acunaron sus mayores y que hoy, el grupo Tejeguate enseña y trasmite a lo largo y ancho del mundo.

Siempre con mi oído dispuesto para escuchar cada una de las páginas herreñas: “Recuerdo aquella vez que, ya viejito, salió al terrero don Ramón Méndez, a vengar la derrota de su pariente ...” “Voy a contarte aquella ocasión en que desde lo alto del monte, después de masticar pimienta picona, con la voz falseada, margarearon a...” “Una vez, un gavioto, al que puse por nombre Piloto, apareció por mi casa lastimado. Lo curé y lo alimenté. Un día, levantó el vuelo... Y años más tarde, desde lejanos mares regresó para saludarme. Era un ave agradecida que repetía esas idas y venidas cada cierto tiempo...

Hace algún tiempito, en el programa que creé y dirigí “Parrandiando”, emitido en Televisión Canaria, le brindé un homenaje a don Benito por su larguísima y aleccionadora trayectoria, no solo con el grupo Tejeguate sino por su magisterio a la hora de inculcarle a la gente nueva todos sus conocimientos.
Recuerdo aquella alegría que le di cuando el amigo Benito Padrón, mi catedrático herreño, me comentó que le hubiera gustado conocer Madrid. Puse en marcha todo un operativo para que Benito contara la deliciosa historia del “Gavioto”, en un programa de Televisión Española.

Y hasta Madrid se fue y disfrutó allí de unos días...

Hoy, el amigo Benito, no está entre nosotros, pero aún me queda el grato recuerdo...

ALFREDO AYALA OJEDA

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