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viernes, 14 de diciembre de 2018

* EL JUICIO DEL SEÑOR HARAGÁN

El día después de la festividad de Santa Lucía, se celebra, a bombo y platillo, el juicio popular del señor Haragán. Un juicio, a lo sucedido durante todo el año. Un ajuste de cuentas a los desmanes del poder. Una crítica, que se centra en el Haragán que es juzgado en un estrado público y sometido a escarnio. El Haragán, todos los años, está confeccionado por un artesano, de larga andadura en el archipiélago. Artesano de la palma y junco que goza de gran prestigio.

Juan Ramírez, cada año, en el interior de su casa, es el responsable de vestir al odioso personaje. Lo viste y calza para el juicio con un terno azul oscuro, corbata a rayas, chaleco interior, calcetines oscuros, zapatos, primorosamente lustrados y cara de susto para impresionar a los miembros del jurado.

Ya vestido, con apariencia de no haber roto un plato, a las cinco en punto, es subido en unas andas y paseado a lo largo y ancho de distintas calles del casco urbano. Numerosa chiquillería, lo acompaña en su recorrido y en distintos puntos de encuentros, hace clásicas paradas, mientras los habitantes lo abuchean, se burlan de él.  Aparenta estar ajeno a cuanto acontece. Sin embargo, nadie escapa al severo juicio que dicta el pueblo, cuando alguien quiere, con artimañas, aprovecharse de cuanto no le pertenece.

La justicia, es lenta, pero llega. Llega, como todos los días 14 de diciembre… El Haragán, llegado el momento de subirlo al estrado y someterlo a la audiencia pública. Un juicio sumarísimo. Todos los males del año, recaen sobre él y lo señalan como el culpable del empobrecimiento del pueblo.

Hasta no hace mucho, los miembros del jurado eran hombres. Hoy, están repartidos aunque la última vez que acudí a presenciarlo, eran sólo mujeres el juez, el abogado defensor y acusadora y el fiscal.

Antes de comenzar el juicio, se sirve a los asistentes para combatir el frío un riquísimo caldo de gallina que consuela, y mucho, a la vecindad. Después, con la tripa calmada, la Jueza: “JUICIO DEL PUEBLO DE SANTA LUCIA CONTRA EL SEÑOR HARAGÁN POR TODOS LOS MALES QUE HA HECHO AL PUEBLO”.

El juicio, es una auténtica obra de teatro, con risas, atrevimiento y censura por los males del pueblo y el Haragán es el símbolo en que inciden todos los males … Yo, desde este modestísimo blog, solo puedo recomendar que asistan, si quieren vivir un rato distinto, que con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los platos fuertes de las fiestas de Santa Lucía.

Es curioso que, aunque el final siempre es el mismo y el Haragán es condenado a la hoguera, el pueblo lo vive con muchísima intensidad.

ALFREDO AYALA OJEDA

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