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domingo, 13 de agosto de 2017

* MI ENCUENTRO CON ROSAURA MARRERO

Reinaba un calor de justicia y desde primera hora el equipo de televisión Canaria, trabajaba en los preparativos para intentar transmitir una de las transmisiones más complicadas que he realizado. En el interior del templo, la virgen de Candelaria estaba lujosamente vestida para presidir la ofrenda. Televisión Canaria no tenía permiso para transmitir ni la ofrenda, ni la misa, ni tampoco la procesión. Los derechos, los tenía Televisión Española… Pero yo tenía tomada la decisión de transmitir esos eventos y la empresa, cuando se le plantea el problema, apoyó mi decisión… Siguiendo instrucciones, el realizador buscó una óptica adecuada para la cámara central y un lugar estratégico donde ubicar los equipos… Y con toda esa localización me hablé con el Puncha, un amigo del carajo y un parrandero excepcional… Puncha, le puse la mano por encima de los hombros y le impliqué: “necesito que me montes una parrandita divertida, con garra… Quiero, te explico, hacerle una ofrenda a la virgen con ficticios ramos de coplas envueltos en sentimiento”… No tenía claro que el Puncha me entendiera, pero como siempre tuve fe en su criterio, dejé correr el tiempo…

Una hora antes de comenzar el evento, en una azotea a medio construir, empezó a situarse el grupo… Fueron llegando el Puncha como maestro de ceremonia, Gracita González, Félix Román “El Grande”, distintos componentes de la Parranda los Punchas”, Jaime León y una mujer irrepetible: Rosaura…También se sumó al acontecimiento el presentador Alexis Hernández… Llegado el momento la óptima de largo alcance captaba los momentos de la ofrenda y la música de la improvisada azotea se colaba fresca y espontánea en los hogares isleños… La innovación captó la atención de la audiencia…

Así con tantos inconvenientes nadie podía pensar que la transmisión ofrecida por la tele canaria superara, en mucho la ofrecida por Televisión Española…


Hoy, me apetecía recordar este momento porque en la actuación, con su cestita de jareas y su vestidito de vendedora de pescao, Rosaura Marrero cantó unas sentidas folías que después repetiría en el programa que yo dirigía “La Bodega de Julián”. Y llegó incluso más allá cuando en el plató del desaparecido programa nos ofrecía una página recordatoria de aquellas mujeres que por las distintas calles de nuestra geografía, coronadas con sus cestitas repletas de los frutos del mar y su pesa romana ofrecían a la vecindad sardinas, bogas, chicharros, sargos guardando para el último momento las morenas, un pescado que no se pregonaba y que muchas veces terminaba en la sartén de la vendedora.

Rosaura, precisamente, falleció en la víspera de la festividad de la virgen de Candelaria, cuando, la muerte, traicionera, después de visitarla, la sorprendió en un recodo del camino de regreso a su casa…

Mañana, en honor a su memoria “Noche de Parrandas, en la Plaza de la Patrona de Canarias, su 5ª edición, le ofrece un sentido homenaje con la participación de distintas figuras de nuestro folclore.

Rosaura, siempre te recordaré.

ALFREDO AYALA OJEDA

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