La
presa de las Garzas está ubicada en el barranco del mismo nombre, en
Guía de Gran Canaria, fue construida en 1924. En 1940 fue adquirida
por la Comunidad de Regantes del Noroeste.
El
citado barranco debe su nombre, según nos comentaron los más viejos
del lugar, hace más de sesenta años, a un grupo de amigos, que en
nuestras correrías, nos dedicábamos a transitar por los más
emblemáticos lugares existentes en nuestro pueblo, entre ellos el
hermoso vivero de plantas autóctonas, que se encontraba en el margen
izquierdo de la entrada del muro de contención de la presa, que
tenía una anchura aproximada a 2,5 metros, -a la gran cantidad de
garzas que nidificaban en la cabecera del cauce del mismo-, cuando
realizaban su migración hacia el sur, en busca de lugares más
templados en el continente africano, así como a su regreso a Europa
al inicio de la primavera.
La
presa de las Garzas, tiene una superficie de 45.500 metros cuadrados
y, se edificó en una cota de 260 metros de altitud sobre el nivel
del mar. La altura máxima de la obra de contención que tiene forma
curvilínea, desde el fondo del barranco hasta la cúspide es de 32
metros y,
una capacidad de 612.126 metros cúbicos. Esta presa junto a la de
Pinto en Arucas, fueron las primeras que se construyeron en Canarias
con estas características.
En
el barranco de Guía, situado en el lado opuesto a este que nos
ocupa, se encuentra una pequeña presa que era propiedad de la
familia Hernández Jiménez, don Manuel y doña María. Esta contrajo
matrimonio, con don Manuel Fernández Oliva y Pérez, un capitán que
vino destinado al Regimiento de Guía procedente de La Orotava, que
incluso llego a ser alcalde de nuestro pueblo.
El
enlace matrimonial, de doña María y don Manuel Fernández, conocido
por los guienses, por el apelativo afectivo y cariñoso del
“capitán”, propició que la presa siempre conocida por la del
barranco de Guía, pasara a conocerse en todos los estamentos como la
del capitán, especialmente en el círculo que formaban los
diferentes repartidores de agua de la comarca, (Manuel Rodríguez,
Felipe Miranda, Valentín Castellanos, Francisco Padrón, Manolo
Castellanos, Bartolo Mendoza), que se reunían todos los días en la
Plaza Grande, para hablar de la existencia del rico elemento en
metros cúbicos en los embalses de la zona, apta para el regadío, y
en base a este dato poder determinar el precio hora/agua, a consumir
en el riego de sus fincas los agricultores.
Nosotros
con 14 o 15 años, solíamos desplazarnos a la parte baja de la
presa, donde siempre y motivado por el desbordamiento de la misma, en
los años lluviosos, se formaban gran cantidad de charcos, que le
servía de hábitat a gran cantidad de “batracios”, especialmente
“ranas”, con el único fin de coger la mayor cantidad posible de
estos “asquerosos” especímenes, ya que don José Bolaños,
farmacéutico y analista nos pagaba una peseta por cada uno.
En
una de las visitas que hicimos a esta zona, a la cual arribábamos a
través de la espesura del barranco, especialmente de cañaverales
otras plantas menores, nos tropezamos con un señor mayor
perteneciente a una familia apodada por los “yerbanegra”, que
habitaba en una cueva al pie de la obra, que había trabajado en la
construcción de la presa, recuerdo que le preguntamos, ¿usted vive
aquí tranquilo, no tiene miedo que la presa un día reviente?, nos
contestó, -eso no me preocupa ya que esta obra esta tan bien hecha
que no hay peligro de ocurra un accidente de esas características-.
Han pasado 93 años desde su construcción y ahí sigue erguida,
almacenando agua sin ningún tipo de problemas.
La
última vez que rebosó fue el 11 de noviembre de 2014.
Dentro
de los límites de Guía, existen otras presas, y embalses a los
cuales se le llamaban “maretas”, cuyas dimensiones eran
evidentemente más pequeñas, que indudablemente merecen ser citadas,
las de los Padrones, ubicada en la parte alta del barrio de San Juan,
en el cruce de Moya y Montaña Alta, la de Mondragones, en el
Palmital, en la parte izquierda de la carretera, dirección Guía a
Moya, la del Paso, en carretera antigua de Guía a Las Palmas, la del
barranco Valerón, construida por los agricultores de San Felipe,
liderados, por los señores Pérez-Afonso y los Duartes.
En
un lateral de la presa de Mondragones, existía una oquedad bastante
amplia conocida por la Cueva del Bernegal o Bernagal, donde se solían
celebrar bailes de taifas, a los cuales tuve el placer de asistir en
más de una ocasión, como “bailador” y tocador, junto a mis
compañeros del grupo rítmico Tirma, José González Moreno,
conocido por Pepe el rubio, bandurria, Mariano Chirivella León, Juan
Aguiar Moreno, Francisco Vega Dávila, guitarras, el que suscribe con
el contrabajo tradicional, como vocalista o cantante Jesús Moreno
González, conocido como Campanera, hermano de Pepe.
Por
aquella zona de las medianías, existían una serie de pozos
artesanos y galerías, que le rendían a sus propietarios grandes
cantidad de asadas de agua dulce, entre los que más destacaban eran
los pozos de la Realidad, la Felicidad, el del Calabozo, el del
Barranco de las Garzas en un lateral del Instituto, en tierras de don
Salustiano Álamo, el del barranco de Guía, a la altura de las
tierras de don Rafael y José Jiménez, el de Junquillo y Verdejo. En
Barranquillo Frío, había una galería, propiedad de una comunidad
de regantes, que presidía, don Federico Pérez León, la cual visité en muchas ocasiones acompañado de los hijos de este, Federico y Juan
Ramón, fallecido recientemente.
Por
aquellos años era muy común que se juntaran una serie de personas y
formaran una pequeña Comunidad de Regantes, y así fueron surgiendo
bastantes pozos al, amparo de muchos propietarios de tierras
“baldías”, que no les producía ningún tipo de beneficios, dada
su aridez. En estas tierras citadas, se solían hacer catas, con el
fin de buscar agua en el subsuelo, si la prueba era positiva, se
perforaba hasta dar con el ansiado líquido, que en los años de
sequía adquirían precios bastantes sustanciosos, y que se
utilizaban para regar de los diferentes plantaciones, de los cultivos
existentes en la zona especialmente de plataneras.
Algunos
de estos pozos, alcanzaban grandes profundidades, era normal alcanzar
los 450 y 500 metros. En su perforación se utilizaban picos y palas,
en casos excepcionales se hacía uso de la dinamita. La extracción
de los escombros se realizaba en un balde de grandes dimensiones, que
era izado a la superficie por medio de una máquina que funcionaba de
forma manual llamada wincher.
Recuerdo
que de Las Palmas especialmente, arribaban a la comarca unos señores
que se dedicaban a “salar” los pozos. Entre estos recuerdo a un
señor conocido por, Martín Vera, que gano mucho dinero realizando
este tipo de “irregularidades. Salar un pozo no requería ninguna
preparación por parte del sujeto que lo llevaba a efecto, se
perforaba 15 o 20 metros y durante varias noches se vertía gran
cantidad de agua en el mismo, por la mañana llegaban los
trabajadores, observaban los charcos y la humedad, y le avisaban a
los comuneros de la pronta aparición de una veta acuífera, lo que
no sucedía. Con el paso del tiempo, los miembros de las Comunidades
de Regantes, aprendieron a distinguir un pozo “salado” de uno
normal, lo que propició el inició una cadena de denuncias ante la
Guardia Civil, que intentó erradicar a los saladores, metiéndolos en
la cárcel.
En
las inmediaciones de nuestro pueblo existían una serie de
“troneras”, en Tenerife se llaman “tajeas”, que tenían una
construcción muy lucida, que se utilizaban para la distribución,
del agua a las diferentes zonas a regar, mediante el cambio de
dirección de salida de la misma, operación que citaba como “viraje
de las tornas”.
Una
estaba situada en el margen izquierdo del camino que iba hacia el
Capellán, frente a la entrada de la finca del Drago y, la otra en la
Montañeta entre el Gallinero y la carretera de San Juan. Estas
pequeñas estructuras deberían tener un reconocimiento cultural, por
el protagonismo que tuvieron en el regadío de los diferentes
cultivos,
que abundaban en la zona donde sobresalían, las plataneras, papas,
maíz, legumbres y gran cantidad de árboles frutales.
JUAN
DÁVILA-GARCÍA
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