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martes, 24 de enero de 2017

* SERENATAS, DIVINO Y CURIOSIDADES

Durante un largo tiempo tuve la ocasión de dirigir programas como “Tenderete” y crear “La Bodega de Julián”. Siempre encaminé mis pasos para que se formara parranditas. Así con Tenderete en esta última etapa nació la parranda “El Millo” porque eran componentes del excelente grupo Los Gofiones. Las parrandas daban mucho juego en los programas... Por ello, para fomentarlas, también creé otro programa/concurso para televisión Canaria que titulé “Parrandiando”. Era un concurso donde participaban catorce parrandas... Pero las cosas son como son. Programaron el espacio en hora punta y Antena 3 emitía en ese momento una serie que impactó: “Sin tetas no hay paraíso” y Parrandiando pagó las consecuencias con una audiencia que estaba en los dos dígitos, pero se esperaba mucho más.


Sin embargo en otro programa que creé y dirigí, “La Bodega de Julián” se formaron otras muchas parradas para actuar: “La parranda del botellín”, “La parranda del cafetín”, “Parranda de amigos”, “los parranderos”, “Los punchas”, “la parranda el rato”, “El chirato”, “El Golpito”, “Los turroneros” “Parranda del pueblo”, “Los que no escarmientan” “Jóvenes cantadores” y otros muchos... Y es que para mí, en los anárquicos parranderos y sus espontáneas parrandas, se encuentra la autenticidad, la verdad...

También, cuando se avecinan las navidades las parrandas y grupos suelen cambiar el chip y preparar su clásico repertorio de villancicos. Los primeros villancicos surgieron en el siglo XV. Y empezaron partiendo de viejas canciones populares... Villancico es nombre que proviene de los habitantes de las villas rurales (los villanos). Este tipo de canciones se interpretaban en fiestas populares y no siempre sus composiciones fueron religiosas. También se cantaban temas amorosos, burlescos o satíricos... Un siglo más tarde, la iglesia decidió impulsar la música en lengua vernácula durante la celebración de las misas con el objetivo de promover la evangelización... De esta manera los villancicos, al soco de la iglesia, quedaron asociados a la Navidad...

Hoy, esta tradición de las parrandas y las serenatas, puede decirse que ha resistido el paso del tiempo. Y puede decirse que en distintas localidades como en Santa María de Guía de Gran Canaria, Gáldar, Santa Brígida o la ya tradicional ruta de malagueñas que, la Orden del Cachorro Canario, ofrece como homenaje de gratitud al desaparecido folclorista y genial comunicador Fernando Díaz Cutillas “Nanino”...

En la isla de La Palma, existe una arraigada tradición navideña. Cada año, durante los nueve días que preceden a la Navidad, se recuerda los nueve meses de gestación de la Virgen con villancicos que las rondallas de “lo divino” en horas de la madrugada, entonan por las calles principales de la capital...

Todo comenzó allá por 1.947 cuando un grupo de jóvenes formaron las primeras rondallas de divinos de La Palma... El nombre de “lo divino” frente a lo humano, diferencia lo religioso de lo profano...

El villancico más extendido en nuestro Archipiélago cuya autoría se atribuye al tinerfeño Fermín Cedrés es, “Lo Divino”. Sin embargo, las averiguaciones recientes de la investigadora palmera María Victoria Hernández nos detalla que los versos del músico tinerfeño tienen su origen en el escritor cordobés Antonio Fernández Grilo (1.845- 1.906)...

Por otro lado, están las serenatas que su denominador común se fundamenta en el agasajo a la pareja, a la madre, a un amigo. La serenata alcanzó una gran popularidad en el siglo XVIII... La palabra serenata es de origen latín “serenus” y significa claro, limpio, sereno. Y tiene como finalidad expresar entre otros los sentimientos de amor, de perdón, reconciliación, admiración, agradecimiento...

Aprovechando que paso por aquí, me viene a la memoria aquella copla de folia que delata la timidez del enamorado... :

A decirle que la quiero

no me atreví en todo el día

Al oscuro de la noche

se lo dirán las folias...

En la serenata tiene papel protagonista la sorpresa... Cuando se ronda a la novia, el ritual se mantiene inalterable... Es el eterno juego... El enamorado, entona los dos primeros temas y la mujer observa desde la oscuridad... a la tercera pieza, ella enciende la luz y se asoma a la ventana recibiendo, emocionada, el mensaje o declaración de su novio o pretendiente...

En otros países las serenatas se identifican más con las tunas estudiantiles, con los Mariachis o tríos...

Recuerdo, siendo un “pollillo” que empezaba a gallear que nos pegábamos a la emisora Radio Atlántico para disfrutar del programa “La Ronda”. Allí, se transmitía los sentimientos de jóvenes que al módico precio de 25 pesetas expresaban a través de las hondas los profundos sentires del alma regalando con la canción elegida un detalle romántico...

Pero las serenatas, en ocasiones, se convertían en ruidosas y molestas y llegaron las prohibiciones para esa costumbre que se mantuvo durante siglos. Así fueron desapareciendo, lloros, margareos, cencerradas, parrandas y serenatas...

Algunos de estos prohibitivos artículos son muy sabrosos y marcan una época: “·EN NINGÚN CASO, NI POR NINGÚN MOTIVO SE DARÁ LICENCIAS PARA PARRANDAS O SERENATAS A LOS VAGOS DE PROFESIÓN NI A LOS SUJETOS MARCADAMENTE CONOCIDOS POR PENDENCIEROS HÁBITO DE EMBRIAGUEZ O DUDOSA CONDUCTA” ….

Lo cierto es que nunca la serenata es recibida por igual, a veces para algunos vecinos la serenata era un estorbo, una molestia: “¡¡menuda serenata te dieron anoche!!!”...

Como sucedió con el famoso trío “Los Panchos”, en cierta ocasión recaló por la isla de Tenerife... llegaban para comenzar una gira por distintos escenarios tinerfeños. Venían, también, con la sana intención de realizar una sincera serenata a un amigo que, en tierras americanas, les había hecho un favor impagable. Por eso, desde que llegaron a Santa Cruz, decidieron sorprender al generoso amigo con una serenata... Y al alba, se plantaron en la acera y empezaron con su repertorio... Lo Dudo, Sin un amor, Rayito de Luna, Maldito Corazón, Si tu me dices ven, ... Era de recibo que el receptor de la serenata abandonara su lecho y bajara para agradecer el detallazo... Y claro, allí continuó la serenata desatándose la euforia ... Pero un vecino, caliente, se alongó por la ventana enviándoles una rociada de tacos de factura autóctona y no contento con ello pues le jincó un balde de agua para enfriar los ánimos...

Por eso digo que las serenatas, a veces, no son de agrado de todos.

Lydia Díaz, en Ingenio Blanco, municio de Santa María de Guía de Gran Canaria, escribió en su blog, www.etnografiayfolclore.org, la puntual visita de una breve parranda familiar que, amaneciendo el día de Reyes, rompía el silencio de la noche para rondar a su abuela...

“Nos despertaba una melodía tan dulce, tan bonita… eran unas guitarras y una voz que cantaba siempre la misma copla:

Despierta madre despierta

de este sueño tan profundo

que hoy te viene a cantar

quien más te quiere en el mundo.

Nos asomábamos a la ventana y ahí estaban, como todos los años, mi tío y unos amigos, que cada noche de Reyes, venía a cantarle una serenata a mi abuela, su madre, era maravilloso. Luego pasaban por mi casa, recuerdo que nos hacíamos los dormidos y tardábamos en abrir la puerta, para que siguiera sonando la música.

SANTA BRÍGIDA RESCATA LA NOCHE DE RONDA Y SERENATAS:

La parranda de San Antonio amenizará por esas noches las calles del casco de Santa Brígida al rescatar las noches de ronda, en este caso la de primavera, coincidiendo este mes con el cambio de estación. El evento se desarrolla cuatro veces al año, coincidiendo con el inicio de cada estación: primavera, verano, otoño e invierno. Dado el éxito de estas cuatro estaciones, también se ha puesto en marcha una ruta de las tapas, que se traslada de los jueves a los viernes.

SERENATA A LOS BALCONES, EN TEROR:

Llegué tarde a presenciar el anunciado y tradicional “Teresa de Bolívar”, en la Villa Mariana de Teror. Estuve presente en el cierre, donde Marcela Moreno, argentina ella, ofreció una parte de su amplio repertorio. Acudía a la Villa con un solo objetivo: pasar una noche distinta con numerosos parranderos que tras el “Teresa de Bolívar”, se reúnen y esperan que se aligere el ambiente para comenzar un largo y serpenteante recorrido por el casco.

“La noche de serenatas” “serenata de los balcones” e inicia en la trasera de la Basílica y, desde el primer compás, poco a poco se van sumando curiosos y participantes, tocadores y cantadores. Todos, sin excepción participan.

Lydia y yo nos sumamos pa´acompañar y hacer algunos soportes sonoros y gráficos para enriquecer el blog www.etnografiayfolclore.org

En él, nos mostramos tal y como somos, mejor quizás como éramos… El grueso de los parranderos, son naturales de la villa, de la numerosa parranda de Teror, pero vimos participantes de distintos puntos de nuestra geografía… en cada parada desde balcones o esperando en la puerta de sus casas se ofrecen a los participantes un espléndido brindis… cestos que se deslizan desde los balcones o ventanas a los que responden los parranderos con coplas y estribillos. Con canciones de la tierra… dominan las isas… una carretilla atesora los obsequios que se ofrecen y que es el combustible preciso para hacer el recorrido con desenfado… en cada parada… ¡zas! El lingotazo y el gaznate se queda afinaíto como el timple del “colorao” y el relente de la noche aparcado durante un buen rato.

Es, “La noche de los Balcones” uno de los actos, más desconocidos y a la vez participativo, del intenso programa de las Fiestas del Pino. La fiesta se prolonga hasta altas horas de la madrugada… ¡Cómo suenan guitarras y voces en el silencio de la noche…! ¡¡Cómo se alegra el alma, escuchando las coplas de la tierra!!! Y el agudo ingenio de los estribillos improvisados… ¡¡aquí todos los jueves/ admitimos a mujeres! ¡¡ Digan lo que digan/ los pelos del culo abrigan!! , O ¡¡cómo canta esa muchacha/ los pelos como tachas!! o aquel otro ´”parece mentira/ lo que la cuca estira”

Fue, una jornada, para nosotros, inolvidable, en la que pudimos saludar a amigos parranderos o no que tenemos la veleta en la misma dirección…

Poco a poco, las prohibiciones han ido arrinconando a nuestras costumbres y tradiciones y, claro, parrandas y serenatas cada vez son menos. La noche, para el descanso. Se suele decir en tono de sentencia. Al final, aparecen las disposiciones rigurosas en las que se prohíben incluso, que en horas nocturnas canten los panaderos porque puedan turbar el descanso de la vecindad.

ALFREDO AYALA OJEDA

1 comentario:

  1. Precioso relato, Alfredo!
    Me he emocionado mucho, al recordar las serenatas que recuerda Lydia. Las vivi y eran maravillosas.
    Gracias por tu articulo.

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