Poco
a poco, como a cuentagotas, casi sin tiempo para decir adiós, se van
marchando l@s amig@s dejándonos esa triste sensación de vacío...
Hace unos días publicitaba el fallecimiento de Raúl Trujillo “El
de Ventoso” y ahora, por el amigo José Bolaños, “Sancocho”
hasta médula, leo con tristeza su información sobre el
fallecimiento del amigo común Julio Morays, autor de uno de los
temas de nuestra cultura popular: “La Erisipela”.
Julio,
en su retahíla a modo de presentación, versaba sobre los distintos
vericuetos de rezos y santiguados: “Mal de ojo”, “pomo
esconchabao” etc. Y lo hacía con sorna, con gracia, con sentido
del humor y mucha veracidad... La última ocasión que tuve
oportunidad de escucharlo fue en el centro comercial “Las
Terrazas”, en la línea fronteriza entre los municipios de Las
Palmas de Gran Canaria y Telde...
Cantaba
y contaba, de manera documentada el jugoso y tradicional tema de las
aquellas curanderas de entonces. Era otros tiempos. Tiempos en que
las sardinas, caballas y chicharros no se vendía al peso sino por
unidades y las vendedoras voceaban por las calles los sabrosos frutos
de nuestro mar.
Pero
también había yerberos y curanderos. Normalmente eran las mujeres
las que se encargaban de emplear estos remedios. Eran ellas, las que
estaban siempre próxima a sus casas, en su pequeña huerta, las que
se encargaban de curar las dolencias de la vecindad.
Pues
Julio, así introducía el tema de “ LA ERISIPELA”
“La
erisipela”, es una erupción cutánea de la piel que se caracteriza
por su tono rojizo que afecta al cuero cabelludo. Lo provoca un virus
que provoca la destrucción de la masa gris interesándose en la
médula espinal, etc. etc. y el remedio, acortaba, se lo vamos a
decir cantando...
Yo
te curo la erisipela
blanca,
negra o colorá
no
te la corto con tijera
ni
con cosa de cortar
Te
la curo con palabras
de
la santísima trinidad
pa´que
de tu cuerpo salga
lo
que causa tanto mal...
Julio,
el amigo, el hombre que dedicó su vida a nuestro folclore en su día,
cuando yo empezaba con el proyecto del programa “La Bodega de
Julián”, recuerdo que me envió con el amigo común Pepe Bolaños,
una caricatura en la que parodiando al genial Julio Viera, le dije
cuando nos tropezamos: ¡Coño Julio! Gracias por la caricatura pero
no me parezco mucho...
Y
no la dejó caer:
¡¡Pues haberte ido a un fotógrafo!!
Siempre
fue una delicia encontrarnos... Ahora, lo añoro.
Descansa
en paz, viejo amigo.
ALFREDO AYALA OJEDA
Muchas gracias por ese comentario hacia mi padre
ResponderEliminarMuchas gracias por ese comentario hacia mi padre
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