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jueves, 9 de octubre de 2014

* RECUPERANDO OFICIOS Y TRADICIONES DE ARTENARA



Extracción del Aceite de Almendras en Artenara el próximo 19 de Octubre.


En la comarca existen miles de almendreros y la almendra dulce es utilizada en repostería, pero no todo el mundo sabe que la almendra amarga era incluso más cara que la dulce, por sus cualidades dermatológicas.


El aceite de almendra, extraído por presión de la semilla, se ha utilizado desde hace milenios para mejorar la apariencia y el estado general de la piel, especialmente en casos de sequedad, deshidratación o descamación.

Rico en vitaminas A y E., proteínas, sales minerales y ácidos grasos, el aceite de almendras es muy nutritivo y apto para todo tipo de piel, especialmente para las más sensibles y secas.


Entre sus Propiedades y aplicaciones, El aceite de almendras destaca por proporcionar elasticidad a la piel, dejándola hidratada, nutrida y suave. Es muy utilizado en el tratamiento de masajes por sus propiedades emolientes y antiinflamatorias, y por su capacidad para suavizar la piel sin obstruir los poros.

Lubrica y protege la piel desgastada o escamosa, y es muy adecuado para problemas de irritación y alergia ya que produce efectos calmantes.


Previene y repara estrías y arrugas, y es óptimo para aplicar en pieles muy sensibles como la de los bebés.

Aplicado en el cabello seco y quebradizo, produce efectos reconstituyentes.


Para uso corporal, se extiende mediante un masaje y circular por todo el cuerpo. Se puede utilizar directamente sobre la piel seca, la piel húmeda tras la ducha o para un baño hidratante. A la vez, resulta un efectivo desmaquillante natural.


En Artenara, todavía hoy en día existen varias “Trallas”, que es la herramienta de madera, heredada de generación en generación, utilizada para presionar la almendra y extraer el apreciado líquido.
Don Juan, nos cuenta que con casi 70 años que va a cumplir, él siempre recuerda esta tradición, y aunque ya no es rentable, porque de forma artesanal, como ellos lo hacen, da mucho trabajo, lo seguirá haciendo para que la tradición no se pierda.

El proceso es bien sencillo:
Una vez peladas y machacadas, las almendras se ponen al fuego con un chorrito de agua, pá que no se peguen. Una vez que se tueste un poquito (sin pasarse), se envuelve en un trapo y se las escacha en la tralla, para que se escurra el aceite en el cacharro.


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