Anoche, con el corazón partido. Noche de fogaleras, de fútbol, noche de ilusión y de sueños con nuestro equipillo amarillo. Antes de meternos en casa, visitamos distintos rincones de las proximidades. Las columnas de humo se elevaban desde las honduras de los barrancos… Las crestas de nuestras montañas, el fuego centelleante, anunciaba que mañana es la festividad de San Antonio de Padua, el santo casamentero…
Un santo, repleto de coplas al que las mujeres solteras, según cuenta la tradición, se aferran a él con la intención de poner fin a la soltería. A veces, la desesperación obliga. No importa que sea guapo, alto o rubio; que tenga riqueza o que se un “raspadillo”. La soltera, pide con urgencia, un hombre a su lado:
San Antonio bendito mándame un noviecito
convenga o no convenga
pero que venga…
Otras, desean acudir al altar. Les corre prisa. Se les pasa el arroz…
San Antonio bendito
búscame un novio, (bis)
que venga derechito
pa el matrimonio.
A veces, soñadoras, ilusionadas, acuden al Santo patrono de las solteras y del Amor, para pedirle lo que consideran un imposible…
Por San Antonio bendito,
patrón de las solteras,
haz que esta noche sueñe
con el chico que me quiera.
Pero la mayoría de las veces piden un amor correspondido… Bueno, un ejemplo de virtudes y buen pretendiente: que…
No fume,
Ni beba vino;
Que sea divertido…
Que no pierda el tino…
Muchas felicidades a todos y a todas.
ALFREDO AYALA OJEDA
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