Seguidores

Buscar este blog

martes, 15 de enero de 2013

* LA LUCHA CANARIA Y SU IMPLANTACIÓN EN LAS ESCUELAS

La Lucha Canaria, nuestra lucha, está llena de gestas de luchadores que plantados en el terrero, derribaban a cuantos rivales le salen al paso. Francis Pérez “El Pollito” que se hizo gallo desde muy jovencito, siguió la estela de otros notables luchadores herreños… Ramón Méndez, luchador que ya viejito, asistía a una luchada en Tigaday y viendo caer a un pariente, se quitó su chaqueta, se anudó la faja de agarre a sus piernas y con paso firme y decidido saltó al terrero para vengar la derrota del familiar… También se cuentan bellas historias envueltas en sentimientos, de Juan Barbuzano, un hombre de apariencia normalita, pero de hercúlea fuerza, a la que unía la sabiduría de un fenomenal y completo luchador… Del campeonísimo Alfredo Martín “El Palmero”, elástico, flexible, capaz de hacer sobre el terrero una auténtica exhibición de lucha repleta de arte, de improvisación… El viejo Camurria, que me contó allá en Tenerife que sabía, tan solo por ver caminar a sus rivales, la lucha que tenía que ejecutar para vencerlos… 

También barridas notables como la realizada por Orlando Hernández “El Estudiante”, aquella célebre tarde, que estando lesionado en la grada y viendo que en su equipo solo quedaba un luchador en pie, le pidió la camisa y el pantalón y se plantó en el terrero de Arucas para dar en la arena con los nueve rivales que quedaban en pie… Fue una luchada memorable en la que “El Estudiante”, luciendo la vestimenta rojilla del “Vencedor”, salió a hombros del recinto… Otro hombre de prestigio, Luis Acosta, que pasó algunas temporadas en el Club de Luchas Ramón Jiménez, siendo presidente el amigo Salustiano Álamo, llegaba para reforzar al equipo. Fue un feliz debut y una presentación que jamás se olvidará por estos pagos de Santa María de Guía. Fue una presentación exitosa que dio en tierra con cuantos acudieron a enfrentársele sobre el terrero. Tiró, en aquella memorable jornada, a todo el Unión Guanarteme, que contaba en sus filas con luchadores, como el contrero Miguel Ángel Tejera, Falo Oramas y los hermanos Coruña… En Guía, dio para la gloria de nuestro deporte, notables luchadores: Pollo de Anzo “El novio de la lucha”, ensalzado por poetas, Víctor Almeida “El Artillero”, “Cubano II”, entre otros… 

Eran tiempos en que lucha estaba su mejor momento. Atrás quedaban los tiempos en que el futbol empezaba sus balbuceos y la lucha, en todo su esplendor, tendía la mano en apoyo del balompié y de la histórica Unión Deportiva Las Palmas. 

Hubo el descuido de dirigentes que no supieron o no vieron la amenaza de otras modalidades como el Judo, la Grecorromana, la Libre, que deslumbraba a nuestra pollería, pilar básico para el relevo generacional. 

Muchas veces, en prensa, radio y Televisión, salí por cáida para alertar del decaimiento del vernáculo deporte. Pero se hicieron oídos sordos. “¡Son los tiempos que corren…!”, decían algunos. “Siempre, señalaban otros, tras una época de esplendor le sigue otra de decaimiento…” 

Hoy, cuando ha pasado el tiempo y todo parece inamovible, vuelvo a la carga… La Lucha Canaria, nuestra lucha, requiere que se implante en los centros de enseñanza para que nuestro deporte atraiga a los más pequeños… Cierto es que han habido algunas plausibles iniciativas, pero les ha faltado continuación. Ejemplos como el de José Pulido “Camurrita”, recientemente fallecido, entregado de por vida a sembrar la semilla entre los más jóvenes, deben proliferar. 

Y vuelvo la indolencia del isleño. Qué pena que este deporte, único, bello, plástico y noble que nos distingue y nos diferencia, sea originario de estos peñones varados en el Atlántico. Seguramente, si la lucha canaria tuviera procedencia de Japón o la Cochinchina, nosotros ya lo hubiéramos acogido en nuestro seno… 

ALFREDO AYALA OJEDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario