Sin duda, una noche inolvidable la vivida en el
céntrico Parque de San Telmo, con motivo del “XV festival folclórico de las
Comunidades” que cada año organiza la Agrupación Folclórica San Cristóbal.
Grupos solventes, expresamente invitados,
deleitaron al numeroso público que acudió a la cita, en una noche espléndida y
serena.
Cierto es, que en distintos puntos de nuestra breve
geografía había atractivos actos, romerías, encuentros, festivales, monólogos,
etc. También futbol en el Gran Canaria. Sin embargo, el festival o encuentro de
comunidades, se pobló de entusiastas de nuestra música folclórica o popular.
Eran sonidos iguales y a la vez diferentes.
Interpretaciones, voces, toques y danzas que resultaban familiares… jotas que
sonaban a isas o malagueñas que mostraban hondura y sentimiento…
Sin embargo me cautivaron los danzantes… Vibrantes,
elegantes, impartiendo magisterio.
Veteranos y consagrados bailarines curtidos en ensayos y escenarios que
compartían espacio con los más pequeños, dejando la impronta del lógico relevo
generacional. Allí, se acunaba la tradición, con las evoluciones lógicas del
paso del tiempo. Una lección para los amantes del folclore con mayúsculas.
Observando y compartiendo escenario. Siguiendo las
evoluciones de los grupos participantes de “Coros y Danzas Santiago”, Murcia; “Otero
del Cid”, Aragón; “Esbart Rocasagna”, Cataluña; la Agrupación San Cristóbal”, Canarias,
comentábamos Lydia y yo, el espectáculo, sencillo pero aleccionador. En nuestra charla, recordamos aquellas
declaraciones o reflexión de aquel célebre bailarín profesional, Roger Garaldy
que, en 1.973 definió así la danza:
“La palabra divide. La danza es unión. Unión del
hombre y su prójimo. Unión del individuo y de la realidad cósmica. La danza es
un ritual: ritual sagrado, ritual social… Se encuentra en ella este doble
significado que está en el origen de toda actividad humana. Danza sagrada – el
hombre solo ante el incomprensible: angustia, temor, atracción, misterio. La
palabra no sirve para nada… Lo que hace falta es entrar en contacto. Lo que el
hombre busca más allá de la comprensión, es la comunicación. La danza nace de esa
necesidad de decir lo indecible. De conocer lo desconocido, de entrar en
relación con el otro… Decir que forma parte de un grupo…
Siente la necesidad de formar parte totalmente del
grupo: de estar en relación con los otros más que las leyes, las costumbres,
los vestidos, el lenguaje sea el gesto el que va dar sentido a esa unión… Las
manos se juntan, el ritmo une los alientos, la danza folclórica nace como
leitmotiv universal…"
Eso y mucho más es lo que vivimos en esta “XV
edición del Festival Folclórico de las Comunidades”.
Gracias por enriquecernos.
ALFREDO AYALA OJEDA
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