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domingo, 12 de febrero de 2012

* LOS DIABLETES DE TEGUISE

Hace muchos años que conozco a Paco Hernández. Él, almacena gran parte de la documentación que se maneja en torno al Rancho de Pascuas de Teguise y el ritual festivo del carnaval “Los Diabletes”. El amigo Paco, representa al isleño preocupado por las costumbres y tradiciones de la tierra... He tenido ocasión de entrevistarlo en distintas ocasiones para programas que he dirigido “Senderos Isleños”, “Andar Canarias”…

Recuerdo que en una de nuestras charlas, en el mismito escenario donde corretean los diabletes me contó algunos aspectos del ritual…”Teguise, fue la capital de la isla. Hasta aquí llegaron, en tiempos de la conquista, los Franciscanos a los que les debemos muchas de nuestras tradiciones… Hoy, “Los Diabletes de Teguise” limitan sus salidas a las fiestas de carnaval. Pero en su origen, “Los Diabletes”, intervenían en otros rituales… Fueron los Franciscanos quienes incorporaron a los diabletes, a las fiestas del Corpus en representación de esa lucha entre el bien y el mal. El bien, era la cruz: el mal, aquellos danzantes.

La participación de los danzantes en el Corpus se mantuvo hasta 1.772, en que la iglesia los prohibió. Desde ese entonces “Los Diabletes”, una de nuestras joyas folclóricas, quedó como acto del carnaval. Lo mismo ocurrió con otras manifestaciones que estuvieron vinculadas al corpus hasta que la iglesia los apartó…

Los diabletes, en las confluencias de distintas calles de la Villa de Teguise, lanzan repetidos mugidos y golpean contra el suelo, un pellejo de baifo en forma de bola, atado a un corto palo… la chiquillería y algún otro viejito que añora tiempos idos, que se cruza por el lugar son acosados de los danzantes que lo acorralan y embisten dando repetidos mugidos, impidiendo continuar su camino… Los chinijos (niños) durante horas aparecen y desaparecen en alocadas carreras, haciendo gala de esquiva para sortear a los diabletes…

Los Diabletes, aunque su origen no está rigurosamente documentado, hay quien sitúa su procedencia en América o la vecina costa africana, seguramente traído a la isla por algún emigrante establecido en la zona.

En el ritual que simboliza al macho cabrío, visten los diabletes, traje liso de lona con rombos negros y rojos, en el centro de cada rombo un punto rojo o negro (siempre el rojo terapéutico tiene presencia en las distintas vestimentas). Llevan correaje de la que cuelgan cencerros, que suenan permanentemente como si de un rebaño se tratara. La cabeza del diablete va cubierta con una máscara de toro, de la que sobresalen grandes cuernos y larga lengua roja… Hace algún tiempo, estas caretas eran de macho cabrío, hasta que doña Rosalía Spínola, hace la actual reforma…

El Carnaval tradicional que enmarcan carneros, buches, diabletes, baifos, polvos de talco, etc., constituyen las más bellas estampas de la tradición popular. En algunas de estas tradiciones, se entremezclan ritos de esclavos negros y moriscos con las existentes creencias aborígenes…

ALFREDO AYALA OJEDA

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