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jueves, 10 de noviembre de 2011

* RECORDANDO A SINDO

Noviembre, es el mes del Tenorio, obra escrita por José Zorrilla a mediados de 1800. También es noviembre, el día de todos los Santos, la prueba de los vinos, de “tafeñas”, finaos, correr tablas y cacharros… Pero es, también el momento de recordar al amigo, al compositor, al artista… a un hombre llano que a mí se me antoja “resumen de pueblo”…

Ayer, se cumplía el sexto aniversario de su fallecimiento. Una pérdida que sorprendió a todos cuando lo periódicos de las islas, nos sacudía el alma con tan triste noticia… Fallecía el artista, el creativo, pero nos dejaba una extensa obra de su fecundo trabajo… Rico, imaginativo, sensible, tierno, cercano… Pocos son los calificativos quizás su definición esté enmarcada en el prólogo que le escribiera el añorado alcalde de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Rodríguez Doreste: “músico de auténtica inspiración popular”…

De la publicación titulada “COPLAS Y CANCIONES CANARIAS”, editada por el Centro de la Cultura Popular Canaria, he querido extraer la sentida introducción de Don Juan Rodríguez.

A GUISA DE PRÓLOGO
Sindo Saavedra es un músico de auténtica inspiración popular pues son las canciones del pueblo las fuentes de donde abreva su fecunda y variada creación. En sus islas nativas ha logrado conquistar una generalizada estimación como compositor de fina calidad y ancho espectro melódico. Pero lo que nunca la gente conoce es que Sindo revela en las canciones que crea una condición lírica equiparable a su propia enjundia musical. Muchas veces, la belleza del hilo melódico, la sabia vertebración armónica de un fragmento musical cantable oculta la originalidad, el vigor o la fineza de la letra poética que le sirve de apoyo. Muchas veces también la letra de una canción es un ropaje que se adhiere torpe y contrahecho a un cuerpo melódico que surgió sin otra apoyatura que su propia espontaneidad, por lo que aislado de su complemento musical suele ser pieza de escaso o nulo valor poético. De ahí la grata sorpresa que siempre producen esos cantantes compositores que saben ceñir su intención melódica a textos prestigiosos que por sí solo pose en suficientes valores estéticos para darles esencia y existencia. Nos viene a la mente nombres muy conocidos de excelentes cantantes adaptadores de buenas letras que además suelen tener certera minerva poética propia. Sindo Saavedra podría figurar entre ellos, pero en su caso concreto sus aptitudes de creador lírico, de verdadero poeta, no le van a la zaga a los buenos quilates de su vena musical. Y para demostrarnos, para darnos un ejemplo de su inventiva lírica, de su capacidad de versificador genuino, nos ofrece ahora este volumen de tan apretado contenido. Cien cuartetas concebidas como letras de folías y otros cien que pueden adaptarse a cualquier otra canción de igual medida – aunque parecen en principio escritas para las notas de isas y malagueñas- a las que se añaden veinte poema de variada rima distinto contenido temático, revelan claramente que en el alma de nuestro compositor Euerpe y Erato, las musas claras que amparaban las distintas formas de música y poesía han encontrado feliz y holgado acomodo. Las letra y letrillas que conforman este volumen poseen, desde luego, diversa intención y multiforme destino musical, pero nadie puede negarles verdadera inventiva, Ágil ingenio, fina gracia y en repetidas ocasiones calidad de acendrada y pura poesía. En las cuartetas apunta de vez en cuando una burlona sorna de buena solera canaria y hay muchos ejemplos en que se alcanza una justa perfección lírica. Tienen en conjunto un hábil diseño verbal y las que pueden agruparse con sentido ético o social alanzan plenamente el propuesto objetivo. Todas, mayor abundamiento, se desenvuelven con un genérico buen gusto discursivo, la mejor garantía de que, en la cópula final de la canción terminada y completa, se realizará el milagro de la belleza y la emoción vivificadas.

Mucho me complace poner al libro estas iniciales palabras de sincero aliento y fundada esperanza en el talento y en el arte de este joven y animoso compositor.

Juan Rodríguez Doreste 1.984

ALFREDO AYALA OJEDA

4 comentarios:

  1. Querido Alfredo, como sé que tu humildad y tu sencillez te impiden relatar ciertas cosas, voy a poner en conocimiento de los lectores un dato curioso sobre Sindo. La primera entrevista realizada a un joven Sindo Saavedra en el periódico "El eco de Canarias" del día 16 de Marzo de 1.972 la realizó D. Antonio Ayala (tu padre), ilustrada con fotos de D. Luis Troya, dato que tú conoces pero que por tu modestia quizás no quisiste revelar. En este artículo ya tu padre vaticinaba algo que luego pasó y cuyas palabras reproduzco textualmente: "El joven compositor Sindo Saavedra, uno más que viene a sumarse al movimiento renovador de las canciones que se cantan por el pueblo y que algún día darán la vuelta al mundo, bien en la voz de algún intérprete nativo, bien en las miles de vueltas de un disco". Con esto quiero decir que acertó en que Sindo sería un gran compositor y de un valor incalculable para nuestra tierra. Te confieso, de corazón, que me hubiera gustado inmensamente conocer en persona a tu padre. Un abrazo.

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  2. Cierto es, amigo Juan Carlos cuanto dices. Anoche, en el programa de radio de Lydia Díaz, "el Traspatio", hice mención a esa primera entrevista realizada por mi padre.Y resulta curioso que la familia Ayala estuviera presente en su primera aparición Antonio Ayala, mi padre; mi hermana Marisol Ayala en "Misin" yo que le saqué billete para, en la Bodega de Julian, hacerle una entrevista con motivo de un tema que iba a componer para el grupo tinerfeño "parranda Medianías". Luego, en "Parrandiando", en el rincón de los recuerdos hice una breve semblanza de su historia.
    Sindo, incluso me dedicó una de sus publicaciones: "Para Alfredo Ayala, apellido que apareció porque en mis comienzos me tuvieron en cuenta"

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  3. Hermoso lo que cuentas Alfredo. A ver si llega algún día el merecido homenaje que Sindo se merece.

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  4. Juan Carlos: en esto como en todos los órdenes de la vida en ponerse. Sé que existe voluntad, pero hay que dar el primer paso. Lo demás, vendrá solo. Sindo, se lo merece. Un abrazo.

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