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jueves, 27 de enero de 2011

* ANDRÉS EL RATÓN

Si hablara de Andrés Déniz, quizás sean muy poquitos los que sepan a quien me estoy refiriendo. Pero si digo Andrés "el Ratón", la cosa cambia. Yo lo conocí porque transitaba mucho por la zona del Mercado de Vegueta. Una parienta mía, Facundita tenía un tinglado, un puesto de verduras, pegadito al desaparecido Puente de Palo. Ella, de madrugada, me esperaba. Yo vivía muy cerquita y mi padre, me acompañaba.

Facundita, tenía un carácter campechano, afable y me trataba con mucho mimo. Estaba casada con Yoyo, medio árabe, de aquellos que iban puerta a puerta vendiendo sábanas, cortes de trajes y haciéndose el gracioso también vendía bragas " bragas pal´bájaro", siempre tuvo dificultad para pronunciar la p. Yoyo, un día fue al médico porque tenía un dolor de oídos. Le recetaron unas pastillas, que debía tomárselas cada 8 horas. Pero él, que era más listo que un podenco, se tomó unas cuantas juntas, decía que para acelerar la cura y se quedó, pa´los restos, sordo como una tapia.

Pues con Facundita y sus cestos, uno llevaba siempre en la cabeza y no se le caía, pues enfilábamos la calle Canalejas, bajábamos por el Camino Nuevo (hoy Bravo murillo), enfocábamos Triana y a preparar el puesto.

Por allí, como un gallo, que en aquel entonces me asustaba, aparecían luchadores, gente con perros de presa y como no: Andrés "El Ratón".

Facundita, siempre generosa y con el monedero dispuesto, le daba, creo que unas perrillas "pa´ consolarlo", decía ella. Entonces Andrés, seguía con su cabeza baja, con sus muchas medallas en las solapas de su chaqueta de hilo, los pantalones por encima del tobillo y descalcito, con una torta del pie más desarrollada que los demás mortales. Andaba siempre solo. Cuando Facundita "lo consolaba", solía, como los luchadores de lucha canaria, cerrar el puño y con ese esto agradecer la voluntad de quien le diera unas monedas. Así, conocí a Andrés "El Ratón".

Pasado el tiempo, en aquellas veladas de boxeo que se celebraban en la Gallera los sábados, acudía con mi padre. No me perdía un combate. Allí, tuve la ocasión de ver en el cuadrilátero a los mejores boxeadores de la época: Salvador Domínguez, el Chato, Magro, "el torito de Santander" Ungidos, Lelo Suarez, Kid Teror, Kimbo, Tano, Rodri, Kid Melenara, Gavilán, Orteguita, Cabrerita Gil y hasta encuentros de veteranos: el Moño, Carretas, etc.

Al término de la velada, nos encaminábamos a las cafeterías del Barranco Guiniguada. Un café con leche calentito, un bocadillo de jamón o queso que reconfortaba el alma. Y claro, aparecía siempre Andrés el Ratón, al que mi padre agasajaba diciéndole al camarero, "mira a ver si Andrés quiere algo...". Andrés, se tomaba su café con leche, un bocadillo envuelto y desaparecía.


Nunca lo oí hablar. Solo gestos de agradecimiento...A mí, en mi juventud, me parecía un hombre sencillo, anclado en el varadero de las inmediaciones del barrio de Vegueta. Era como parte inseparable del paisaje del Mercado. Decía que dormía debajo del Puente de Piedra o de Palo, pero yo creo que eso es lo que se decía antes a los niños que no estudiaban: ¡cuando seas grande, dormirás debajo de un puente!

Pues este es mi relato, sobre un personaje que hoy, como recuerdo de su paso por la zona, se roturó una calle, en la trasera del Mercado de Vegueta.

ALFREDO AYALA OJEDA

7 comentarios:

  1. Me llamo Juan Ruano Barberá, estudiaba en el Inmaculado Corazón de María, Claret, tengo 61 años, un día al mediodía, esperando para ir a clase, me encontraba cerca los servicios públicos que estaban detrás de la iglesia del Parque San Telmo, se me acerco Andrés el Ratón y me dijo que me daba 5 pesetas si le quitaba un cristal que tenía enterrado en el pie, yo me asuste y salí corriendo, iba con un smoking negro lleno de medallas, los pantalones le quedaban cortos y los pies enormes lleno de callos. me acuerdo que tenia los labios gordos, sobre todo el de abajo, la nariz grande y también hacia abajo. Esta es mi historia.

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  2. Me llamo Manuel Cabrera Rodríguez, también estudiaba en el inmaculado Corazón de Maria, Claret, viví en la calle la Pelota y mi padre era el propietario de la fonda donde trabajaba Angelito el m. y Pedro el cojo como así le llamaban, que se encontraba en la plaza empedrada con sus tómbolas alrededor. En la calle la Pelota se vendían animales y alfalfa para ellos. Era la época cuando se solian llevar cabras por domicilios vendiendo leche. Hoy tengo 68/ años.-

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  3. Yo, por edad, nunca ví a Andrés, sí nombrar por mis ascendientes, Clemente el campanero, Mariquita la jorobada y otros personajes callejeros, formaban parte más de diez lustros atrás de este sector capitalino: Triana-Vegueta, como un siglo atrás: Juanito el argmento y La Perejila.

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  4. Hola; me gustaría comentar lo siguiente: ¿como es que a este Sr. tan famoso aquí en Las Palmas no le hayan hecho una escultura al igual que el profesor Reina?

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  5. Hola; me gustaría comentar lo siguiente: ¿como es que a este Sr. tan famoso aquí en Las Palmas no le hayan hecho una escultura al igual que el profesor Reina?

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  6. ¿En que año nació y murió Andrés El Ratón?

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  7. Por el año 1974 seria cuando vi a Ratón por la calle Tiana, frente a Chanrrai, llevando en la mano un par de zapatos nuevecitos que alguien le regalaría en plan guasa; siempre caminaba descalzo y de vez en cuando daba un golpe sonoro con la planta del pie en el suelo; me parece que los comerciantes le hacían encargos con lo que se ganaba algunas monedas; así me conto mi tío Juan Vizcaino, guarda municipal en esa calle

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