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miércoles, 10 de febrero de 2010

* ¡¡¡ QUIETAS LAS VACAS AHÍ!!!

... El día que Maestro Salvador “el de Abelardo”, se presentó en el Pérez Galdós…



En el Teatro Pérez Galdós, de Las Palmas de Gran Canaria, un grupo, creado por iniciativa de Totoyo Millares y que respondía al nombre de “Los Gofiones”, irrumpía en nuestro panorama musical anunciando su debut a bombo y platillo… Pocos, ni los mas optimistas, pensaron que andando el tiempo, Los Gofiones se convertirían en el referente de nuestra música tradicional y popular…

Por la época que me refiero, el 3 de octubre de 1.968, en el señorial Teatro Pérez Galdós, un puñado de hombres, con vestimenta “campurria”, estaban en el firme empeño de andar por veredas y caminos; por pueblos y pagos, para encontrar las raíces perdidas de algunos de nuestros temas que nos han dado carácter… El Teatro, estaba de bote en bote… No cabía un alfiler…

Los Gofiones, en los ensayos, estaban que se salían… y eso en la época de penuria que se vivía corrió como la pólvora por la ciudad y por el interior de la isla…

El folclore, en esos años estaba casi en manos exclusivas de la Sección Femenina y venía siendo hora de que toda esa muestra de sentimientos, de identidad, estuviera enmarcada, dirigida y fomentada por otras manos más expertas…

Por esa época, estaba de moda la minifalda y el guardia Gregorio , como ya recordé en otro artículo… La gente moceaba por la calle de Triana, yendo y viniendo desde el barranco Guiniguada hasta el parque de San Telmo, echándole el ojillo a las pibas que caminaban en sentido contrario… Allí, era el momento de suspirar, de enamorar… de buscar compañera “para siempre”…


Triana era un gigantesco suspiro de corazones que buscaban el calor de una compañía y, después de unos arrumacos…

Ese mes de octubre, ya nadie iba a la playa. La temporada con las mareas del Pino, casi terminaba y solo los turistas y unos pocos se atrevían al baño… Recuerdo una anécdota de un vecino de Las Canteras que vio a un turista bañarse en pleno invierno, con un frío que pelaba y olas de altura considerable que se acercó al guardia de la zona y le dijo: “¡saque a ese hombre de ahí!” ¡¡No ve que va acoger una pulmonía!!!

Y el guardia, ya acostumbrado a estos gestos de valentía, de ingleses y suecos, le contestó…

¡¡¡Estos turistas, están locos!!!

Pues así era nuestra isla… de ritmo reposado, sin prisas y con un turismo que cada vez era más numeroso…

Pues volviendo a la actuación de los Gofiones, digamos que al Teatro Pérez Galdós no se va de cualquier manera… allí hay que acudir con el trajito de los domingos, de estreno, bien aseadito y todo eso. Claro que las mujeres jovencitas llevaban la prenda de moda: la minifalda… Era la revolución ver esas niñas, con soltura luciendo su palmito y enseñando sus cimientos…

Los Gofiones, habían invitado, a un personaje extraordinario… Era una de las máximas preocupaciones por uno de los cantos mas tradicionales: “los cantos de trabajo”. Y era una preocupación porque nos habían invadido las prisas y los rápidos cambios a los que estaba sometida la sociedad, ponían en peligro esa costumbre.… Y se trajeron como exponente a una persona de talla… Maestro Salvador “el de Abelardo”…

Todo estaba a punto, el sonido preparado y momentos antes de subir el telón… Maestro Salvador, que se había dado una vuelta por el patio de butacas hasta la calle, luciendo su cachorro, su faja, y su Virginio, llegó alarmado… ¡Don Paco!, ( Paco era uno de los componentes distinguidos de Los Gofiones y el que lo había invitado a estar en el escenario del Teatro), ¡sáqueme de aquí…!

¡¡¡Pero Maestro Salvador!!! dijo Paco…

¿Dónde me has traído? ¿Tú te has paseado por ahí y has visto el escándalo?

El escándalo, eran las mujeres luciendo, con aquéllas breves faldas, las pantorrillas….

Sí y qué, Maestro Salvador… ¡es la moda!

¿La moda?, Esto esta lleno de putas… ¡¡¡sácame de aquí….!!!

Claro, maestro Salvador llegaba de los altos de Gáldar, era el hombre rural extrapolado a los nuevos aires que se respiraban en la ciudad… Se hizo popular por su canto de trabajo “arando con vacas”… andando el tiempo, el programa Tenderete, lo reclamó, también de la mano de Paco Sánchez… Fue la primera vez que alguien interpretaba un canto de trabajo en Televisión Española…


Y, Maestro Salvador, “el de Abelardo”, sorprendió a la audiencia, con su voz y su estilo inconfundible y aquella frase que se hizo popular: ¡¡quietas las vacas ahí!!!...

ALFREDO AYALA OJEDA

2 comentarios:

  1. Telefónicamente, un amigo me pidió que si recordaba la copla que cantó Maestro Salvador "el de Abelardo", aquella célebre noche en el Teatro Pérez Galdós... y como no ahi se la envio:
    "señora Juana yo creí
    que usted se hubiera embarcado
    porque el domingo pasado
    fui a su casa y no la vi..."

    Maestro Salvador, fue todo un personaje. Parco en el decir, pero un hombre de punto, esos que ya no se estilan...

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  2. ALEJANDRO C. MORENO Y MARRERO.10 de febrero de 2010, 16:45

    Amigo Alfredo, aquél fue, sin duda, un episodio entrañable. Precisamente antes de la intervención de Maestro Salvador “El de Abelardo” había pronunciado unas palabras sobre el folklore canario D. Agustín Millares Carló, tío de Totoyo, donde pronunció aquella célebre frase: “El folklore canario muere, pues ¡viva nuestro folklore!”.

    Un abrazo,

    ALEJANDRO C. MORENO Y MARRERO.

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